jueves, 28 de febrero de 2013

Los adolescentes y las redes sociales - Roxana Morduchowicz



Los adolescentes y las redes sociales
Roxana Morduchowicz
Fondo de Cultura Económica

(Buenos Aires)

En la Argentina, el 95% de los adolescentes tiene acceso a internet. El 40% tiene conexión en su casa, pero el 60% restante accede a ella en un locutorio o cibercafé. El 70% de los chicos de entre 13 y 17 años tiene (o tuvo alguna vez) un blog propio o visita el blog de amigos y el 75% tiene un perfil personal en alguna red social (Facebook es la de mayor popularidad en el país). Un adolescente argentino se conecta a Internet todos los días, y lo hace durante una hora y media cada vez. Ésta es la media nacional. Para quienes tienen acceso a la Web desde su hogar, el vínculo con Internet aumenta: se conectan todos los días durante el doble de tiempo, es decir, tres horas cada vez. La misma cantidad de tiempo - y en algunos casos, más que pasan en compañía de la televisión."El principal uso que hacen los adolescentes de Internet es para comunicarse. Efectivamente, el 90% de los jóvenes chatea, visita una red social, manda mails o bloguea" (Modrduchowicz, 2008). Éstos son los usos más importantes qaue los chicos - en todo el mundo - hacen de Internet...".
En Los adolescentes y las redes sociales, la autora analiza los procesos socioculturales que intervienen en el uso, la socialización y la significación de la Web por parte de los jóvenes, para determinar hasta qué punto la producción de contenidos en los blogs y en las redes sociales forma parte de la construcción de su identidad. Los adolescentes no están solos cuando escriben, dice la autora, lo hacen siempre en relación con otros, que a veces son sus amigos y otras veces, la misma sociedad, a la que necesitan integrarse y pertenecer. Modrduchowicz analiza también el peso social, que también incide en las páginas web de los adolescentes, ya que frente a los permanentes cambios que vive un adolescente en su vida diaria, y la a veces angustiantes incertidumbres que puede encontrar en esta etapa, el blog y la red social le permiten sentirse mejor consigo mismo y en relación con los demás.

viernes, 22 de febrero de 2013

El escritor boliviano Víctor Montoya traducido al alemán



foto: Víctor Montoya (Bolivia, 2012)
Cuentos violentos 
Cuentos de la mina (o la Leyenda del Tío)


(Buenos Aires)

No es frecuente que las obras de autores bolivianos sean vertidas a otros idiomas. Sin embargo, en las últimas décadas, se ha incrementado el número de cuentistas y novelistas cuyas obras se leen tanto dentro como fuera del país. Éste es el caso del escritor Víctor Montoya, quien nos presenta la versión alemana de sus libros “Erzählungen der Grausamkeit” (Cuentos violentos) y “Die Legende vom Tio – Gottheit der Minen und dem Bergwerk” (Cuentos de la mina), que aparecieron a principios de este año bajo el sello de la editorial austriaca MackingerVerlaget.
Los libros, traducidos por la hispanista alemana Claudia Wente, están a disposición de los lectores de Alemania, Austria, Suiza y otros países de lengua germana. Se los puede adquirir tanto en las librerías como a través del portal digital de la editorial MackingerVerlag.

Sobre “Cuentos violentos”

En la presentación de “Cuentos violentos” se indica que el libro es la expresión genuina de la “historia de la crueldad”, que vivió el país andino desde la conquista del Imperio Incaico. Desde entonces, las luchas revolucionarias emprendidas por los movimientos indígenas e independentistas republicanos, la palabra “Libertad” sigue siendo un sueño incorporado en la memoria colectiva de un continente que no deja de clamar por su derecho a la independencia y soberanía.   
Las condiciones de trabajo en las minas, desde la época de la colonia, no han sido fáciles para los habitantes del altiplano boliviano. Los centros mineros como Potosí, Llallagua, Siglo XX, Oruro y otros, han sido zonas de permanentes conflictos sociales, económicos y políticos.
El autor de “Cuentos violentos”, que se crió en la población de Llallagua, fue testigo de la pobreza y angustia, acompañadas por el terrorismo de Estado institucionalizado por quienes, una y otra vez,  intervinieron militarmente los centros mineros, donde se cometieron brutales masacres, apresamientos y torturas contra los opositores políticos, ante la mirada impotente de una población que resistía de pie, aunque amordazada y la espalda a la pared.
La tortura aplicada contra los opositores a los regímenes dictatoriales jamás condujo a la solución de los problemas sociales, pero sí dejó secuelas irreparables; por una parte, profundas heridas físicas y psicológicas; y, por otra, la desconfianza y el odio en el seno de una población dispuesta a defender sus derechos a cualquier precio.

Víctor Montoya fue apresado, torturado y encarcelado por sus actividades políticas en 1976. Estando recluido en las celdas de la cárcel de San Pedro y Viacha, escribió una serie de cuentos basados en las experiencias crueles que le tocó vivir en las mazmorras de la dictadura militar.
Los cuentos que integran este volumen, aparte de estar escritos como testimonio personal, son también el eco de otras voces anónimas que se alzan para denunciar los atropellos de lesa humanidad perpetrados por las dictaduras militares del Cono Sur de América durante la denominada “Operación Cóndor”.

Sobre “Cuentos de la mina”

En el portal de la editorial se dice que “Cuentos de la mina” o “La leyenda del Tío” (subtítulo que se añadió en la versión alemana), es un libro escrito con destreza narrativa y responsabilidad social. En los cuentos se retrata la vida cotidiana de los mineros; su lucha, su tragedia, pero también sus creencias mitológicas, vinculadas al realismo mágico y la cosmovisión de las culturas indígenas. 

El libro, ilustrado con una serie de fotografías que destacan la estatuilla del Tío, registra la tradición oral de los mineros que, probablemente, se remonta hasta la época de la colonia, cuando los conquistadores ibéricos comenzaron a explotar los yacimientos de plata en Potosí; una tradición oral que persiste con el nacimiento de la república y el auge de gran industria minera, una vez que el magnate Simón I. Patiño descubre, a finales del siglo XIX, las vetas de estaño más ricas del mundo en las montañas de Llallagua.
Los cuentos recrean las creencias populares, leyendas, mitos, ritos y símbolos de una colectividad que, mediante una narración hecha de realidad y ficción, intenta explicar los acontecimientos de su entorno inmediato, la grandeza de su pasado histórico, los conflictos de su presente y las perspectivas de su futuro.
El Tío de la mina, personaje omnipresente en las galerías, tiene mucha semejanza con el dios Hades, quien representa el ultramundo en la mitología griega. El Tío es el protector de los mineros y el amo indiscutible de la mina, como si en sus cuernos escondiera los preciosos metales, y aunque tiene rasgos diabólicos, según las creencias judeo-cristianas, es un ser mitológico venerado por las familias mineras, que le brindan ofrendas a cambio de que les dé protección y prosperidad. 
Su mujer, la Chinasupay (diablesa), posee un fuerte atractivo eróticamente en el imaginario popular, aparece y desaparece misteriosamente en los sueños y las pesadillas de los mineros, quienes la temen tanto como al Tío. Algunos incluso creen que la Chinasupay es el mismo Tío que, a modo de poner a prueba su poder de atracción sexual, se convierte en mujer seductora capaz de envilecer a los hombres más desprevenidos.
El Tío de la mina es el protagonista principal en “Cuentos de la mina”. El autor nos quiera revelar desde un principio la pregunta: "¿Por qué el diablo se llamó Tío?" La respuesta, narrada de una manera sorprendente y sobrenatural, la encontramos a lo largo del libro, donde se afirma que el Tío, en su estado demoniaco, hace suya a una chola de buen parecer, en quien engendra a un hijo que nace con el aspecto de iguana. Entonces el poder eclesiástico, al constatar que la criatura no es la hechura de Dios sino del diablo, condena a la madre y al hijo a arder en una hoguera. Es por eso que el diablo, según se relata en el cuento, actúa en venganza propia y causa estragos entre los pobladores, hasta que los mineros le suplican perdón por el asesinato de su legítimo heredero. El diablo recapacita, hace reaparecer los minerales en las galerías y decide llamarse Tío, a quien los mineros, como en una suerte de pacto, deben rendirle pleitesía ofrendándole sangre de llama blanca, hojas de coca, cigarrillos y aguardiente.
“Cuentos de la mina”, con toda la magia que encierran los libros arrancados de la tradición oral, es un buen ejemplo de que los mitos y las leyendas, transmitidos de generación en generación, constituyen un excelente material literario en manos de un narrador que usa los instrumentos adecuados no sólo para darles vida en la fantasía de los lectores, sino también para universalizarlos y perpetuarlos en la memoria colectiva.
Sobre el autor
Víctor Montoya nació en La Paz, Bolivia, en 1958. Escritor, periodista cultural y pedagogo. Vivió desde su infancia en las poblaciones mineras de Siglo XX y Llallagua, al norte de la ciudad de Potosí, donde conoció el sufrimiento humano y compartió la lucha de los trabajadores mineros.
En 1976, como consecuencia de sus actividades políticas, fue encarcelado por la dictadura militar. Liberado de la prisión por una campaña de Amnistía Internacional, llegó exiliado a Suecia en 1977. Cursó estudios de especialización en el Instituto Superior de Pedagogía en Estocolmo y ejerció la docencia durante varios años. Dirigió las revistas literarias PuertAbierta y Contraluz. Su obra está traducida a varios idiomas y tiene cuentos publicados en antologías internacionales. Actualmente escribe para publicaciones en América Latina, Europa y Estados Unidos.
En su extensa obra, que abarca el género de la novela, el cuento, el ensayo y la crónica periodística, destacan: Huelga y represión (1979), Días y noches de angustia (1982), Cuentos Violentos (1991), El laberinto del pecado (1993), El eco de la conciencia (1994), Antología del cuento latinoamericano en Suecia (1995), Palabra encendida (1996), El niño en el cuento boliviano (1999), Cuentos de la mina (2000), Entre tumbas y pesadillas (2002), Fugas y socavones (2002), Literatura infantil: Lenguaje y fantasía (2003), Poesía boliviana en Suecia (2005), Retratos (2006) y Cuentos en el exilio (2008).
Sobre el editor
El editor Herbert Mackinger, quien tiene una visión cultural más allá de las retribuciones económicas, está seriamente comprometido con el mundo de los libros, el intercambio intelectual con los autores y la difusión de los temas que son de su propio interés. Su filosofía involucra también a los lectores, que son los receptores de cuanto se publica en su línea editorial.  
Su visión como editor no está orientada a la cantidad sino a la calidad de los libros. No duda en apostar por los libros y autores que él considera interesantes para los lectores ávidos por conocer las historias fascinantes que se cuentan en otras culturas y otros países allende los mares de Europa. 
El Dr. Herbert Mackinger, psicoanalista de profesión y profundo conocedor de la realidad latinoamericana, es una persona poco común en el ámbito editorial, pues mucho antes de dedicarse a tiempo completo a la pasión de su vida, que es la lectura y la edición de libros, ejercía la cátedra universitaria como psiquiatra y trabajaba como terapeuta en hospitales, lidiando con personas que sufrían todo tipo de trastornos mentales. Ahora es otra cosa, desde que dejó su profesión de psicoanalista, como él mismo reconoce, retomó el viejo sueño de convertirse en el editor de libros que a él mismo le atrapan en su condición de lector.

martes, 19 de febrero de 2013

Delivery de felicidad- Omar Olier



Delivery de felicidad
Omar Olier
Editorial Hojas del Sur
Grupo Editorial Planeta

(Buenos Aires)

La editorial Hojas del Sur publicó el libro Delivery de felicidad de Omar Olier, autor nacido en Paraná,
Provincia de Entre Ríos radicado en Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires. Omar Olier es un conferencista internacional y este es su primer libro publicado.
Omar Olier da cuenta de 40 motivos de infelicidad al principio del libro, entre ellas familia, amistades, pareja, trabajo, señalando cuándo y por qué son causas de tal estado.
A lo largo de las páginas, el autor presenta en forma accesible  ejemplos de personas felices y por qué lo son. Lo material, la acumulación de objetos no produce la felicidad. La persona más feliz del mundo - declarado así - es Mattieu Ricard quien carece de bienes materiales y vive en una casa de un monasterio en Nepal. A los treinta años decidió acogerse al celibato y dice cumplirlo sin descuidos. El dinero de la venta de sus libros es entregado a la caridad. Ahora tiene 66 años.
La felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias.
"Lo siguiente por encima de todo: Que tu propio yo sea la verdad" frase de William Shakespeare puede ser muy inspiradora para tomar la decisión de ser feliz a pesar de las circunstancias. El ser feliz nada tiene que ver con el tener objetos y acumularlos, ya que éstos nos pueden facilitar las cosas y hacer nuestra vida más cómoda pero no nos otorgan la felicidad. Un optimista es quien dice:"Las cosas van a ir bien" y sale a buscar oportunidades. Comenzar a hablar bien, a mirarse bien, a armar un proyecto de vida sabiendo que ser feliz es una decisión. Superar las pruebas y los golpes de la vida y disponerse a ser feliz, propone el autor. Tratar al otro como espero que me traten a mi, es empezar el camino hacia la felicidad. Ese sería un paso. Y tener presentes los sueños, ya que son los que nos motivan para luchar. También estar en paz, recostar la cabeza sobre la almohada llegada la noche y dormir tranquilos sin remordimientos, sin culpas, "en paz" forma parte de la felicidad, sabiendo que no hemos hecho caer ni tropezar a nadie sino todo lo contrario, hemos dado lo mejor de nosotros mismos. El altruismo, generosidad y servicio son iguales a la felicidad ya que la práctica de esos valores es una demostración de grandeza. Y también ser feliz es una cuestión de fe, ya que sin ella es imposible relacionarnos con las personas, con los objetos y con las circunstancias cotidianas de la vida. Sin fe es imposible ser feliz. La fe es necesaria. Y hacer el bien, porque aquel que hace el bien representa un día de luz para quien está atravesando la tormenta sumergido en un océano de oscuridad. Cumplir con el mandato pindárico, es decir llegar a ser lo que se es, es también alcanzar la felicidad.
Al final del libro figura la bibliografía que inspiró a Olier para escribir el libro.

Acerca de Hojas del Sur

Hojas Del Sur, nació a fines del 2010 con el objetivo de poder ser una editorial que edita y publica
libros que puedan ayudar al desarrollo de las personas y poder así tener en nuestros libros
herramientas que les ayuden a vivir mejor. Bajo el lema “Libros Necesarios”, r ecientemente editó
publicaciones como “Corazón de Rey”, de Sergio Maravilla Martínez, y “Sin Perdón no hay Futuro” de
Desmont Tutu.
Hojas del Sur brinda servicios editoriales en toda América Latina con la misión de resaltar el valor que los libros tienen cuando conducen a la vida y son útiles.

www.hojasdelsur.com

lunes, 11 de febrero de 2013

La música de los pájaros - Simeon Pease Cheney




La música de los pájaros
Simeon Pease Cheney
Traducción al español de Esteve Serra
José J. de Olañeta, Editor

(Buenos Aires)

"...Sólo los pájaros cantan. Son los artistas más delicados de la Naturaleza, que viven y trabajan por encima de la tierra. No han aprendido nada de nosotros; aprender de ellos es nuestro placer. El corazón y el espíritu del hombre no tienen una deuda semejante con ninguno otro ser vivo...".

El músico norteamericano Simeon Pease Cheney (1823-1890) fue un conocido profesor de canto y compositor de música popular norteamericano, autor de The American Singing Book. Se dedicó durante treinta veranos de su vida a escuchar el canto de los pájaros en los bosques de Nueva Inglaterra y transcribirlos en notación musical. A los sesenta y siete años empezó a formar una colección de cantos de pájaros de Nueva Inglaterra con la intención de escribir un libro para los jóvenes, en el que además de las partituras de los cantos, abundaban las observaciones sobre el aspecto y el comportamiento de las aves y de los animales domésticos - con especial referencia a los sonidos que emitían - y las noticias sobre la música de los objetos inanimados. Murió en mayo de 1890 sin haber podido terminar su obra, que fue publicada posteriormente por su hijo, John Vance Cheney, con el título de Wood Notes Wild: Notation of Bird Music (1892). Cheney era amante de la naturaleza, también un gran lector de Emerson y Thoreau, y estaba dotado de un prodigioso oído musical  que le hacía percibir las cualidades verdaderamente musicales de los diversos
sonidos naturales, tanto de los seres animados como de los objetos inanimados.
Cheney afirma sin rodeos que en la naturaleza hay música y, en especial, que los pájaros son grandes artistas que "difunden la gloria de su canto por el mundo". Probablemente Cheney haya sido el primero en los Estados Unidos que se dedicó a transcribir directamente el canto de los pájaros en notas musicales. Posteriormente, grandes músicos como Maurice Ravel y Olivier Messiaien harían lo mismo. El compositor checo Antonin Dvorak pasó el verano de 1893 en un remoto pueblo de Iowa, donde realizaba largos paseos acompañado por el libro de Cheney. Allí escribió su más famoso cuarteto, el Cuarteto de Cuerda nº 12. En este libro se presentan los retratos de siete pájaros comunes de Nueva Inglaterra en los que brillan las dotes de observación de Cheney, tanto auditivas como visuales. Su intensa vivencia del mundo natural resulta contagiosa y constituye uno de los mayores atractivos de estas páginas.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Aquí y ahora - Cartas 2008-2011- Paul Auster/J.M. Coetzee



Aquí y ahora
Cartas
2008-2011
Paul Auster/J.M. Coetzee
Anagrama & Mondadori

(Buenos Aires)

Aquí y ahora es el título de un libro de correspondencia entre el escritor norteamericano Paul Auster y el escritor sudafricano J.M. Coetzee, que recibió el Premio Nobel de Literatura en 2003. Aunque los dos escritores no se conocieron personalmente hasta el año 2008, cuando se encontraron en el Adelaide Literary Festival en Australia, estaban en contacto desde 2005. Poco después de ese festival, Auster recibió una carta de Coetzee proponiéndole el proyecto común "en el que podamos sacarnos chispas el uno al otro". El libro se puede leer como el de las cartas entre dos escritores amigos donde los temas son varios: el deporte y dentro del deporte el ciclismo donde Coetzee relata una experiencia en Francia, el conflicto palestino-israelí, el appartheid sudafricano, la Primavera árabe, las malas críticas, las cartas de los lectores y muchos más. Acerca de la literatura y la escritura de novelas resulta interesante conocer la experiencia tanto de Auster y de Coetzee y cómo cada uno visualiza - o no - las escenas cuando escribe.  También, en muchas de las cartas hay observaciones y comentarios de cada escritor acerca del arte, la escritura, el cine. Sobre  la utilización de algunas herramientas como los teléfonos móviles en el mundo narrativa, Coetzee le escribe a Auster:"...Sospecho que a partir de ahora la presencia/ausencia de teléfonos móviles en el mundo narrativo de uno no va a ser una cuestión trivial. ¿Por qué? Pues porque gran parte de la mecánica de la escritura de novelas, tanto en el pasado como en el presente, consiste en poner información a disposición de los personajes o bien en ocultársela, en reunir a gente en la misma habitación o mantenerla separada. Si de repente todo el mundo tiene acceso a todo el mundo - es decir, acceso electrónico-, ¿qué pasa entonces con toda esa trama? ...". "...Antes uno podía escribir páginas y más páginas gracias a la no existencia del telégrafo y el teléfono (todavía sin inventar) y a la consiguiente necesidad de que los mensajes fueran llevados a mano o incluso memorizados en una punta y recitados en la otra (ejemplo: el hombre que tuvo que correr desde Maratón hasta Atenas)...". Coetzee sigue con sus reflexiones sobre la imposición cada vez mayor
de usar teléfono móvil y sus consecuencias, ya que teniendo un número y un código encima, siempre se podrá estar localizado y "...¿qué falta hará ya tener un documento de identidad físico?...".
Las sociedades de control son ya y desde hace tiempo una realidad, y estos dos grandes escritores reflexionan también  sobre el tema de la libertad.