La tragedia según el discurso
Así se siente Cromañón
Evidencialidad y formas de percepción
de la enunciación personal
Andrea Estrada
Editorial Prometeo Libros
(Buenos Aires)
La noche del 30 de diciembre de 2004 el local República de Cromañón ubicado en el barrio de Once, de la ciudad de Buenos Aires, se incendió a partir de una bengala (o un tres-tiros) lanzada por un grupo de fans del grupo de rock Callejeros, provocando el incendio del techo del local, que al tener las puertas cerradas con candados, se convirtió en una trampa oscura y mortal en la que murieron asfixiadas 194 personas, en su mayoría jóvenes y adolescentes. El número de víctimas ha variado de 178 muertos (2 de enero de 2005) a 193 (3 de junio de 2005) (Cambra, 2008) y, en la actualidad asciende a 194. *
Del análisis de una carta, de testimonios de sobrevivientes y de padres, y de documentos judiciales surge que los locutores de Cromañón no pueden presentarse como sujetos enteramente racionales, puesto que en el recorrido de la manifestación discursiva, se transforman en sujetos que, además de percibir los datos que les llegan desde el exterior, se emocionan y padecen como consecuencia de lo que han percibido. En otras palabras, los locutores de esta tragedia encuentran obligatoriamente una fase de sensibilización pasional con la cual desvían la racionalidad de su discurso hacia un nuevo modo de enunciación apasionada. Pero tal como demuestra esta obra, dicho desvío nunca es inocente.
Andrea Estrada intenta desentrañar en este trabajo el modo en que los documentos y testimonios de Cromañón conforman un discurso cuya garantía de veracidad se basa, no solamente en lo que un testigo ocular efectivamente pudo percibir, sino también en lo que un “yo” pasional inevitablemente debió sufrir.
La autora, doctora en lingüística dice: “…La decisión de trabajar con los testimonios de la tragedia de Cromañón obedece, en primer lugar, a un compromiso con un tema de profundo impacto social y personal, pero además, tal como señalé antes, surge de mi interés como lingüista en analizar, no sin ciertas limitaciones afectivas, el componente pasional de la enunciación presente en los testimonios. Porque a pesar de que todos los discursos, desde los más objetivos, como el académico, hasta los más subjetivos, como el poético, son en alguna medida “pasionales”, no hay duda que el de los sobrevivientes y los familiares de las víctimas de Cromañón es, entre todos, el más extremo, el más desgarrador y el más profundamente pathémico.
En el discurso de Cromañón, los testimonios analizados se presentan como un relato objetivo de un "yo" sustentado en un “yo vi”, en un “yo estuve allí”, pero que se apoyan, a su vez, en la subjetividad de un “yo padecí” (Amossy, 1999 y 2007; Corneasen, 2007); porque en el caso de los testimonios de Cromañón, a diferencia de otro tipo de testimonios, las figuras del testigo y de la víctima coinciden, es decir, que al igual que los recursos analizados llamados evidenciales directos, estos testimonios codifican simultáneamente el ver y el padecer.
De la totalidad de discursos que conforman el corpus de Cromañón, he acotado el análisis a una carta de lectores, a algunos testimonios de los sobrevivientes y a ciertos documentos de las llamadas “narrativas judiciales”, cuyo desarrollo ocupa sendos capítulos de este trabajo…”.
*datos publicados en el libro (2010)
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