(Santiago de Chile)
El humor muestra inteligencia y cumple un servicio público.
No es necesario inventarlo, porque la realidad es pródiga en ofrecer ilimitados
ejemplos para reír y sonreír. Si existe una criatura para la risa y para las
lágrimas es el ser humano. Parece connatural a la especie. Formamos parte de motivos, actuaciones y
simulacros, los que, indudablemente, desnudan ínfulas y pretenciosas poses.
Los desplantes y el descaro de los caracteres quedan bien
representados en sus nombres y apodos, aunque tales rasgos de sobreabundancia
delirante es directamente proporcional a un entorno dispuesto a convertirse en
claque de todo desvarío. De este modo, el dinámico sucederse de las imposturas
resulta envolvente y contagioso. La realidad, en estos “payasos”, es la
representación; jamás la solidez genuina de existencias con propósito de ser.
En los hechos, unos y otras conforman un tinglado de la farsa.
El ambiente conformado por el elenco provoca hilaridad, sin
dejar de lado cierta conmiseración. Después de todo, la parodia que ejecuta
cada uno en los episodios se convierte en mueca y palabrería sobre un vacío.
Trátase de una humeante atmósfera, siempre propicia de alguna nueva ocurrencia.
Parecieran juramentados al momento de animarse mutuamente y de convenir en ser
tan vacuos como ridículos.
Séquito del Paisano y la Emperatriz son: Pancha Parada en la
Hilacha, René de Francia, Marcela mi Ángel, Lucerito, la Virgen, Julián María
de Ordóñez y algunos nombres históricos que merodean estas páginas.
Pero el novelista no se conforma, en su libro, con proponer
solo un pasatiempo al lector. Los retazos del mundo marginal sugieren una
extensión de alcance amplio, sin reserva. Cada uno de los personajes echa mano
de sus propias desmesuras y asiste a compartirlas con los demás.
Reinaldo Marchant consigue el propósito de desnudar el
artificio, la farsantería y el exhibicionismo que ha copado la realidad social,
desde hace algunas décadas, entre nosotros. Cuando suelta los caracteres y
percibimos sus deformidades alcanza notables efectos narrativos.
© Juan Antonio Massone
Juan Antonio Massone es miembro de número de la academia chilena de la lengua y escritor