jueves, 27 de diciembre de 2012

Ofelia 1- Julieta Arroquy



Ofelia 1


Julieta Arroquy

Ediciones de la Flor



(Buenos Aires)

En la tradición de la historieta argentina que luego se impone en todo el mundo como ocurrió con Mafalda de Quino o con los libros de Maitena y con tantos otros,  está Ofelia, el personaje de Julieta Arroquy. Ofelia  entrega una visión del mundo femenino desde su peculiar óptica. Ofelia juega con las debilidades y las fortalezas, sin dejar de divertirse y sorprenderse a sí misma y a los lectores. Utiliza gran cantidad de recursos y también puede introducirse en las obras de arte como El grito de Munch o El beso de Klimt.
Ofelia sabe lo que es el humor y convive con eso. Tiene una visión audaz y divertida de las mujeres jóvenes en la actualidad. Para lectores de cualquier edad.



miércoles, 19 de diciembre de 2012

El enigma de la cinta con la última arenga de Allende- Toño Freire por Reinaldo E. Marchant



(Buenos Aires)

El libro El enigma de la cinta con la última arenga de Allende, de Toño Freire publicado por Ediciones Radio Universidad de Chile, fue presentado el 18 de diciembre en Chile. El escritor Reinaldo E. Marchant nos envió el discurso de presentación.

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Las grandes alamedas

(Santiago de Chile) Reinaldo E. Marchant
En esta la última obra de Toño Freire, su autor no sólo parte en búsqueda de quién retiró la cinta magnetofónica de Radio Magallanes, con aquellas poéticas y maravillosas palabras del Presidente Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973. Es verdad, esto es el nudo, la columna vertebral del periplo literario y periodístico que realiza su autor, pero existen otros sabrosos agregados.
El libro está narrado con estilo festivo, ágil, muy ameno, completamente vivencial, que cautiva y deja participar al lector con sus propias interrogantes.
Freire, resalta una vez más (como lo hizo en sus otros libros "Rakatán, hay ambiente en el Bim Bam Bum", "Sábana grande: confesiones de un billar de oro" o "Rakatán en la Sirena"), una acuciosa descripción intelectual del activo personaje nacional que fue, que compartió intensamente en los más diversos ámbitos sociales del país, ya sea desde la política, la bohemia, la cultura, el periodismo, y un largo etcétera, asunto que le da brillo y simpatía a la narración de principio a fin.
La descripción detallada, prolija, de épocas pasadas, dibujadas con buena pluma, inevitablemente recuerdan esos grandes libros del "Santiago que se fue", de Oreste Plath, o las jugosas crónicas de Joaquín Edwards Bello, donde en cada segmento o capítulos queda esa sensación de nostalgia, de interés, de haber recorrido una temática sin ocultamiento, en palabras de ahora, expresadas de forma políticamente incorrecta, lo que es un solemne acto de valentía del autor, quien descorre el velo para no santificar, sino para retratar en el sentido más integral una etapa crucial de Chile.
Estos matices, ensamblados en cuidadoso equilibrio, generan placer en la lectura, involucran en cuerpo y alma en el corazón mismo de los años setenta, con sus mártires, delatores, problemas, dificultades, y una solvente dosis estadística, fruto de investigaciones y testimonios reales. Toño Freire es un legendario periodista.
Porque uno de los valores de este libro no radica puramente en oscilar de principio a fin en quién sacó del país la cinta con el discurso de Allende, existen agregados fascinantes de historias paralelas que van convirtiendo a la trama en un aureola mucho más feliz. Más amplia, completa y lograda.
Y lo son esas micro historias de ministros, políticos, cantantes, periodistas famosos, bailarinas, militares oscuros, sucesos de conspiración, lugares sociales, espacios libidinosos, amores fallidos, anécdotas, y una sabrosa galería de seres noctámbulos, la flora y la fauna de un tiempo quizás más sencillo, pero colmados de ideales y sueños.
A la manera de los demás libros de Freire, un verdadero retratista social, aquí se describe el alma de un pedazo de historia. Trazos que, seguramente por pudor, ningún osado escritor ha querido contar.
El autor no sólo se pregunta e indaga por la cinta del último discurso de Salvador Allende, también se pregunta por un Santiago que no está, por lugares magníficos enterrados o convertidos en rascielos, por valores humanos desterrados sin retorno, por maneras de pensar y de vivir que también fueron detenidos, exiliados y desaparecidos.
Hacia la mitad del libro uno parece oír la exclamación de Toño Freire: ¿Quién se robó la esencia de Chile? ¿Dónde están esos extraordinarios políticos y personajes de la vida nacional de antaño, los Radomiro Tomic, Clodomiro Almeyda, Bernardo Leyton, Frei Montalva - por nombrar a algunos-?
Como el libro posee una vasta información, ello permite pensar en muchas cosas, y una de ella sobrecoge: ¡El último discurso de Allende se constituyó en las últimas maravillosas palabras y frases señaladas por un mandatario! Han pasado cuarenta años desde entonces y ningún otro Presidente o político ha dejado para la posteridad al menos una frase con arte, estilo, poesía y vaticinio. Las de Allende fueron frases memorables, inmarchitables, que han recorrido el universo con sus propias alas y que hasta la fecha se comentan.
Cualquiera pensaría que la temática de este texto es seria. Institucional. Partidista. No lo es en absoluto. Es de carácter alegre. Invita a para disfrutarla. Aún lo es en la tragedia que pesquisa y en la tragedia que ocurría.
¿Por qué nunca más aparecieron grandes prohombres de la política, la cultura y la intelectualidad chilena? La obra, que se mueve entre el género policial, periodístico y novela negra, entrega antecedentes para que cada uno lo indague a través de sus páginas.
Cabe recordar que el Presidente Salvador Allende emitió cinco discursos aquel fatídico 11 de septiembre de 1973. Los pronunció desde un Palacio de la Moneda sitiado. Las primeras tres alocuciones las hizo a través de radio Corporación, entre las siete con cincuenta y cinco minutos de la mañana, y las ocho con cuarenta y cinco minutos. De estos extraordinarios mensajes poco se sabe. Enseguida, pronunció dos discursos por radio Magallanes - a las 9: 03 am y 9:10 am-, este último corresponde a las palabras conocidas como "Las Grandes Alamedas". A continuación esas radios fueron intervenidas y calladas por la dictadura.
A la buena y lograda novela de Toño Freire, su texto constituye también un hondo y merecido homenaje a la memoria de este país, hecho injustamente negado y olvidado, que su autor rescata con solvencia.

(c) Reinaldo E. Marchant
Santiago de Chile

Reinaldo E. Marchant
escritor chileno, fue presidente de la Sociedad de Escritores de Chile, agregado cultural en las Embajadas de Chile en Colombia y Uruguay









viernes, 14 de diciembre de 2012

Crónicas marcianas - Ray Bradbury- De la Flor


Crónicas marcianas


Novela gráfica

Ray Bradbury

Adaptación e ilustraciones: Dennis Calero

Introducción: Ray Bradbury

Ediciones de la Flor



(Buenos Aires)

Crónicas marcianas nació a partir de una serie de relatos que el escritor norteamericano Ray Bradbury había escrito acerca de Marte. Durante un encuentro en Nueva York Walter Bradbury -quien no era pariente de Ray -le dijo que consideraba que había escrito una novela y le propuso que hiciera un tapiz con ellos y que la novela se titulara Crónicas marcianas.
Posteriormente, Aldous Huxley consideró que Crónicas marcianas era un libro de poesía sobre el planeta Marte y así se lo dijo a Bradbury.
En el prólogo, el autor cuenta con detalle el germen de la novela y su posterior salto a la fama.
Para Bradbury, Marte no es otra cosa que un espejo donde la humanidad puede reconocer la misma desolación que eclipsa sus logros materiales. Los terráqueos viajan y construyen ahí sus hogares, sus centros comerciales, sus ciudades y un Marte agonizante renace como paraíso alternativo para las esperanzas y los sueños sin límites de la raza humana. Pero, relato a relato, el planeta se convierte en un campo fértil para que sus locuras autodestructivas vuelvan a reproducirse. Según Jorge Luis Borges: "Bradbury ha puesto sus largos domingos vacíos, su tedio americano, su soledad...". Ese no saber quiénes somos ni qué hacer con lo que conquistamos. Esa ansias permanente de algo más...
Crónicas marcianas es una fantasía  que estimula la imaginación y funciona también como  espejo de la vida humana. La edición de la novela gráfica de De la Flor con la adaptación e ilustraciones
de Dennis Calero está bellamente realizada, para el placer de los lectores.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Antropología y estudios culturales - Eduardo Restrepo



(Buenos Aires)

El destacado antropólogo Eduardo Restrepo ha publicado "Antropología y estudios culturales" Disputas y confluencias desde la periferia, en Siglo Veintiuno Editores.
Se transcriben a continuación algunos fragmentos de este libro que recoge algunas preguntas como ¿De qué modo se constituyen las versiones dominantes de una disciplina como la antropología? ¿Con qué criterios se delimita la especificidad de los estudios culturales, cada vez más presentes en los espacios intelectuales? ¿Qué puntos de encuentro tienen la antropología y los estudios culturales, y qué se están disputando? ¿Cuáles son las pujas de poder que los legitiman, y cómo influyen las relaciones (históricamente asimétricas) entre centro y periferia?

"...A fin de comprender la diferencia de visibilidad y posicionamiento de las antropologías en el campo antropológico mundial, es pertinente recurrir a una distinción, sugerida por varios autores, entre antropologías metropolitanas o centrales y antropologías periféricas. Una de las más conocidas es la propuesta de Cardoso de Oliveira. Al contrario de lo que pudiera pensarse por asociación con la teoría del sistema mundo de Wallerstein, el término "antropología periférica"
se refiere para este antropólogo brasileño, a la "ontogénesis del campo de la antropología, más allá de su estructuración actual"( [1993] 2004:37). Por tanto, la considera como una "categoría eminentemente histórica". Así, las antropologías periféricas pueden existir en cualquiera de los "mundos", hasta incluso en el mundo europeo, siempre que sean identificadas en países que no hayan registrado la emergencia de la disciplina en su territorio y, de esa manera, no hayan ocupado una posición hegemónica en el desarrollo de los nuevos paradigmas (Cardoso de Oliveira, [1993] 2004:37).
Para Cardoso de Oliveira (2000:13), entonces, las antropologías metropolitanas o centrales serían aquellas donde se originó la antropología y donde se han articulado los distintos paradigmas que
constituyen la "matriz disciplinar", esto es, los Estados Unidos, Inglaterra y Francia. Antes que paradigmas que se sustituyen mediante las revoluciones científicas de las que habló Thomas Kuhn para las ciencias naturales, la matriz disciplinar de la antropología "está constituida por un conjunto de paradigmas simultáneamente activos e insertos en un sistema de relaciones bastante tenso, y es responsable
de la identidad de la antropología, así como de su persistencia, a lo largo de este siglo" (Cardoso de Oliveira, [1993]2004:36)...".



Transformaciones tecnológicas y (Nuevas subalternizaciones)

"...La posibilidad, no sólo de escribir antropología, sino también de comunicar y sistematizar el conocimiento antropológico parece haber tenido cambios en ritmos y escalas inimaginables no muchos años atrás. Si consideramos el plano de estas transformaciones tecnológicas, podríamos afirmar que últimamente se ha ido consolidando un inusitado escenario donde es posible visibilizar, preservar y comunicar el conocimiento antropológico compartido y enriquecido con colegas en
cualquier parte del mundo gracias a la capacidad tecnológica. Un antropólogo en un país periférico como Colombia o Angola, mediante una terminal de computación en su universidad o lugar de trabajo,
puede tener acceso no sólo a un volumen de información de lo que hacen sus colegas en cualquier otro lugar del planeta, sino que también puede contactarlos e interactuar con ellos. A su vez, los antropólogos de cualquier sitio en el Norte podrían acceder a una serie de trabajos de sus colegas ubicados en los establecimientos antropológicos más distantes, así como establecer relaciones directamente con ellos.
Estas interacciones no son sólo virtuales, por supuesto. Los eventos académicos en los que confluyen antropólogos de diferentes países no son cosa del pasado, y quizás hoy más que nunca se ha incrementado el número, la frecuencia y las direcciones en que los antropólogos viajan para una actividad que implica la participación de colegas de otros lugares. No hay que olvidar, además, el creciente flujo de estudiantes de países del Sur que se dirigen a universidades del Norte para completar sus estudios de maestría o doctorado ni el de los colegas del Norte que son invitados como profesores, conferencistas o asesores en universidades o institutos del Sur.
Dadas las transformaciones tecnológicas y las interacciones anotadas, cabe preguntarse si nos encontramos en un proceso tendiente a la configuración de una auténtica comunidad antropológica transnacional, heterogénea y plural. O si, por el contrario, nos encontramos con que esas transformaciones no han logrado socavar viejas barreras existentes entre las antropologías y los antropólogos de diferentes partes del mundo. La cuestión sería entonces, ¿hasta qué punto han revertido o han afianzado los dispositivos convencionales con los que se han constituido las hegemonías y subalternizaciones de las antropologías en el campo transnacional y en las diferentes formaciones nacionales las relativamente recientes transformaciones tecnológicas en ciertas prácticas escriturales y comunicacionales de los antropólogos y la ampliación del número de sus interacciones...".



Eduardo Restrepo es Profesor asociado del Departamento de Estudios Culturales de la Universidad Javeriana de Bogotá (Colombia). Coordinador del grupo de investigación de estudios culturales de la Facultad de Ciencias Sociales y el Instituto Pensar de la Universidad Javeriana. Miembro del Centro de Pensamiento Latinoamericano Raíz-AL y de la Red de Antropologías del Mundo. Entre sus áreas de interés y de estudio, cabe mencionar la teoría crítica social y cultural contemporánea, las genealogías de la colombianidad, las geopolíticas del conocimiento, las poblaciones afrodescendientes y la región del Pacífico colombiano. Es autor de numerosos artículos, así como del libro Intervenciones en teoría cultural (2012).