Escritura no-creativa
Gestionando el lenguaje en la era digital
Kenneth Goldsmith
Traducción: Alan Page
Prefacio: Reinaldo Laddaga
Caja Negra editora
Buenos Aires, 2015,2020
(Buenos Aires)
Una de las tesis centrales de este libro es que
el surgimiento del lenguaje digital, y de Internet específicamente (“el poema
más grande jamás escrito”), representa nuevos desafíos para los escritores
actuales, así como en el siglo xx el surgimiento de la fotografía obligó a que
los pintores replantearan su tarea. Confrontados por primera vez con un entorno
digital que pone a nuestra disposición una cantidad de texto sin precedentes,
junto con una serie de técnicas novedosas que nos permiten intervenirlo y
manipularlo, nos vemos obligados a repensar las nociones tradicionales de
“originalidad”, “escritura” y “autoría”.
En los ensayos reunidos en este volumen, Kenneth
Goldsmith traza un mapa de aquellas prácticas y textualidades que asumieron esa
tarea, dando forma a aquello que el autor define como escritura no-creativa.
Una tradición que toma muchas de sus estrategias del arte de vanguardia
(período que Goldsmith se ha encargado de documentar y difundir como fundador
de la más vasta biblioteca online de arte exprimental, Ubuweb), y que encuentra
en el nuevo paisaje digital el contexto ideal para desplegar todas sus
potencialidades. Prácticas novedosas como el uso de la programación o de los
resultados de las búsquedas en Google para crear poesía, la composición de
collages textuales a partir del cut and paste o de la navegación ociosa en Internet,
continúan e intensifican los experimentos radicales de Georges Perec, los
ready-made de Duchamp, los cut-ups y fold-ins de William S.
Burroughs, la deriva en trance de Benjamin, el détournement situacionista o las estrategias plagiarias
de Jeff Koons y Andy Warhol, ofreciendo nuevos modelos de producción estética
acordes al desarrollo de la cultura digital.
Como educador, Kenneth Goldsmith desarrolla su
trabajo en la Universidad de Pensylvannia y según reconoce trabaja en una
universidad privilegiada, quizás una de las más privilegiadas del mundo. Los
salones están repletos de tecnologías de punta, y la Internet inalámbrica de
alta velocidad fluye como el agua. En su mayoría los alumnos vienen de familias
pudientes y los que no, tienen buen apoyo económico de la universidad. Llegan a
clase con laptops de último modelo y smartphones y parecen tener todos los
programas imaginables en sus máquinas. Comparten archivos con facilidad y son
adeptos a los videojuegos, mensajes instantáneos y blogs, y tuitean sin parar
mientras cambian su estatus en Facebook. En resumen, es un ambiente ideal para
practicar el tipo de tecnoutopía que promueve, con estudiantes preparados,
interesados y listos para trabajar.
Los ejercicios de escritura no-creativa se
convierten en otra herramienta de escritura a su disposición, y pueden recurrir
a ellos durante el resto de sus carreras. Pero lo más sorprendente, incluso para
los estudiantes más escépticos, sucede cuando esta forma “no-creativa” de
pensar cambia su manera de ver el mundo para siempre. A partir de ese momento,
ya no vuelven a dar por sentada la definición de escritura que se les enseñó.
Algunos de las ideas del libro:
“…Este siglo XXI, con sus problemáticas tan
distintas de las del siglo anterior, me encuentra respondiendo desde un ángulo
diferente. Si se trata simplemente de cortar y pegar la totalidad de Internet
en un documento de Word, entonces lo importante es lo que tú, autor, elijas. El
éxito se encuentra en saber qué incluir y, más importante todavía, qué excluir.
Si toda instancia de lenguaje puede transformarse en poesía con solo
recontextualizarla (una posibilidad muy emocionante), entonces quien
recontextualice palabras de la forma más rica y convincente será juzgado como
el mejor. Concuerdo con aquello de que en el momento en que echamos por la
borda el juicio y la calidad estamos en problemas. La democracia está muy bien
para YouTube, pero cuando se trata de arte, es un desastre. A pesar de que
todas las palabras fueron creadas en pie de igualdad – y por lo tanto pueden
ser tratadas como iguales-, la forma en que se ensamblan no lo es; no estamos
en condiciones de suspender el juicio y es una locura ignorar la calidad. La
mímesis y la replicación no erradican la autoría, más bien presentan nuevas
exigencias a los autores que, al concebir una obra de arte, deben tomar en
cuenta estas nuevas condiciones como una parte inevitable del terreno: si no
quieres que lo copien, no lo subas a la red…”.
“…A mediados del siglo XX, dos movimientos – la poesía
concreta y el situacionismo – experimentaron deslizando la barra hasta el cien
por ciento de opacidad. Ambos movimientos adoptaron la materialidad como su
meta principal: los situacionistas a través del détourtement, y los poetas concretos empleando literalmente las
letras como bloques de construcción. En la escritura no- creativa se crean nuevos
sentidos al modificar el propósito de los textos ya existentes. Y para poder
trabajar con textos de esta manera, las palabras deben volverse opacas y
materiales…”.
¿Por
qué la apropiación?
“…El gran libro de la escritura no-creativa ya fue
escrito. De 1927 a 1940, Walter Benjamin sintetizó muchas de las ideas sobre
las que había estado trabajando durante toda su carrera en una obra singular
titulada Libro de los pasajes. Muchos
han argumentado que el libro no es más que cientos de páginas de notas de una
obra coherente jamás realizada – un montón de fragmentos y bosquejos. Pero
otros lo han considerado una innovadora obra de mil páginas de apropiación y
citas, con una forma tan radical que es imposible imaginar otra parecida en la
historia de la literatura. Es un esfuerzo monumental: la mayor parte del
contenido del libro no fue escrito por Benjamin; más bien, y a partir de pilas
de libros que sacó de la biblioteca, copió textos escritos por otros, algunos
de los cuales se extienden a lo largo de varias páginas. Aun así, las
convenciones persisten: cada fragmento se cita apropiadamente y la propia “voz”
de Benjamin se hace presente a través de brillantes notas y comentarios sobre
las citas copiadas…”.
El
inventario y el ambiente
“…La escritura- no
creativa permite una nueva manera de
escribir sobre nosotros mismos: llamémosla “autobiografía oblicua”. Al hacer un
inventario de lo mundano, de lo que comemos y lo que leemos, dejamos un rastro
que revela tanto de nosotros como la opción mucho más tradicional de llevar un
diario y, al mismo tiempo, abre un espacio suficiente para que el lector haga
sus propias conexiones y construya una multiplicidad de narrativas…”.
Kenneth Goldsmith nació
en Freeport, Nueva York en 1961. Es autor de una docena de libros que incluyen
tanto poesía como ensayos, además de editor fundador del archivo en línea
UbuWeb y PennSound. En 2007 se realizó el documental “Sucking on Words”
centrado en su obra. Durante quince años fue anfitrión de un programa de radio
semanal en WFMU que era una extensión de sus experimentos de escritura, su
pedagogía y UbuWeb. En 2013 llevó adelante la curaduría del proyecto “Printing
out the Internet” que invitaba al público a imprimir y enviar páginas de
Internet a una galería de arte en México City, para lo cual se acumuló la
polémica cifra de 10 toneladas de papel provenientes de 20.000 contribuidores.
En 2015 fue protagonista de otra controversia al leer en un evento su poema The
Body of Michael Brown, una versión poetizada del reporte de autopsia de un
joven negro asesinado por un policía blanco en Missouri en 2014, suceso que
desató varias protestas sociales. En la actualidad es profesor de escritura en
la Universidad de Pennsylvania.
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