domingo, 27 de octubre de 2013

Cartas a quien pretende enseñar - Paulo Freire


Cartas a quien pretende enseñar
Paulo Freire
Siglo Veintiuno Editores

(Buenos Aires)

"...Cuando lo que prima y tiende a imponerse es una visión estrecha, minimalista e inmediatista de la formación docente - capacitación, entrenamiento,  manual, cursillo, taller, métodos, técnicas, recetarios, fórmulas-, alguien tiene que resucitar el imperativo de una formación integral, rigurosa y exigente de los educadores; ir al rescate de su inteligencia, su creatividad y experiencia como materia prima de su propio proceso educativo; recuperar la unidad entre teoría y práctica como espacio para la reflexión y el perfeccionamiento pedagógicos; volver a los temas fundantes, aquellos sin cuya comprensión y revisión caen en terreno estéril los mejores textos, los métodos y las técnicas más modernos de enseñanza. Las diez cartas que componen este libro corresponden a diez de esos temas, temas que han acompañado de manera permanente y recurrente la trayectoria, la obra y la búsqueda de Freire: las fundamentales diferencias entre enseñar y aprender, las fuentes (y la aceptación) de la inseguridad y el miedo, la opción por el magisterio, las cualidades del buen educador, el primer día de clases, la relación entre educadores y educandos, la diferencia entre hablar al educando y hablar con él, los vínculos entre identidad cultural y educación así como entre contexto concreto y contexto teórico, el tema crítico de la disciplina.
Centrados en la lucha por las reivindicaciones económicas, los maestros y sus organizaciones han dejado erosionar su propia formación y capacitación como un derecho y como una condición fundamental de su ejercicio y valoración profesionales. En contraste, y en un clima general de cuestionamiento a la unilateralidad y estrechez de las reivindicaciones sindicales, los no -maestros y sus organizaciones izan la consigna de la "re-valorización" de los maestros, despojándola hasta donde es posible de sus implicaciones económicas (valorización expresada enre otros en salarios y alidad de vida dignos) y sesgándola hacia sus determinaciones sociales y afectivos (respeto, legitimidad, reconocimiento, aprecio, gratificación, autorrealización, autoestima).
En este cruce, Paulo Freire nos ofrece una entrada, diferente para tratar ambos temas - (des)profesionalización y (des)valorización - al proponernos reflexionar sobre un hecho tan trivial como significativo: el apelativo de tía, que desde hace algunos años, empezara a sustituir al de profesora o maestra en escuelas, jardines de infantes y guadería de varios países de América Latina y, en particular, del Brasil.
Al poco tiempo de publicarse este libro en portugués, y hallándome en misión de trabajo en el Brasil, me propuse sondear informalmente las percepciones acerca del tía entre las directoras y profesoras de escuelas públicas que iba visitando en diversos estados. Casi todas dijeron sentirse contentas y halagadas con el trato de tía, asociándolo a cariño y confianza por parte de sus alumnos, a mayor proximidad con los padres de familia, a ambiente escolar agradable, distendido, fluido. Mi mención de un libro de Paulo Freire en el que éste ponía en tela de juicio el apelativo de tía, acusándolo de contribuir subrepticiamente a deslegitimar y desprofesionalizar el papel docente, causaba por lo general, estupor. El estupor que se provoca cuando se tematiza y pone entre signos de interrogación el sentido común, la cotidianeidad, lo dado por obvio, lo que ha pasado ya a formar parte del reino de la ideología. Porque lo cierto es que la palabra tía, en tanto portadora de imágenes fuertemente vinculadas al ámbito de la familia y los afectos, satisface por vías insospechadas la necesidad de la tan ansiada valorización (por parte de los alumnos, los padres, la comunidad, bloqueando la posiblidad de percibir su signo contradictorio, su efecto boomerang sobre la identidad del educador.
Esto es precisamente lo que hace del moderno tía - como del apóstol, el héroe, el jardinero, el guía, el conductor, el ejemplo, la vanguardia, y tantos otros símiles con los que se ha ensalzado convencionalmente el ego docente - una trampa mortal. Esa profesora-tía que se siente apreciada y querida, está aceptando que es su sobrenombre de tía el que evoca afecto, no su nombre y su papel propio de profesora, de maestra. Aceptando la candidez de la tía, acepta de hecho un conjunto de significados y reglas: las tías dan amor incondicional a sus sobrinos, se sacrifican por ellos, buscan en todo momento la armonía familiar, no reclaman ni entran en conflicto en defensa de sus derechos. En última instancia, la tía, en principio y por principio, como subraya Freire, no puede hacer huelga.
"Profesora, sí; tía, no" es el mensaje central, sencillo y profundo con el que Paulo Freire se propone llegar a los educadores a través de este libro...".
(del prólogo de Rosa María Torres, Nueva York, octubre de 1994).
Paulo Freire se dirige aquí a los docentes para tratar los aspectos más delicados de la práctica educativa, y lo hace con la firmeza y la generosidad que caracterizan su estilo.
En contra de los tabúes, que terminan produciendo profesores débiles y vacilantes, Freire defiende la necesidad de una autoridad que permita la confianza del maestro en sus propios saberes y convicciones y en su capacidad para vincularse con los alumnos y proponerles otros mundos posibles.
Así, las cartas recuperan el sabor del diálogo y el valor de la transmisión que surge de la experiencia. Educadores e investigadores encontrarán, en la lectura de este libro, una invitación para que se vuelvan productores de comprensión de las palabras del autor, que Siglo XXI publica en una nueva edición.
Paulo Freire
Es uno de los más destacados pedagogos del siglo XX. Nació en 1921 en Recife, Brasil; fue profesor de escuela, creador de ideas y del llamado “método Paulo Freire”, que se utilizó en Brasil en campañas de alfabetización y le acarreó la persecución ideológica, la prisión después del golpe militar de 1964 y un largo exilio.
Con su revolucionaria metodología introdujo a los analfabetos en la complejidad del conocimiento como primer paso para ensanchar el horizonte del mundo, recuperar la dignidad y construir la esperanza. Sus obras, publicadas en gran parte por Siglo XXI Editores, ofrecen ideas claras y rotundas, sencillas y sugerentes, abiertas a todos los lectores. Recibió el título de Doctor Honoris Causa en veintisiete universidades internacionales, entre numerosos reconocimientos, como el premio UNESCO de Educación para la Paz, en 1986, y el premio Andrés Bello de la Organización de los Estados Americanos, como Educador de los Continentes, en 1992. Murió en San Pablo en 1997.

1 comentario:

  1. Me cansa mucho la lectura con ese fondo negro .Tal vez con colores más claros la comprensión del texto que no dudo es interesante sería más fluida

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