Medios calientes
Las imágenes en
la era del calor
Hito Steyerl
Traducción Maximiliano
Gonnet
Caja Negra
editora
(Buenos Aires)
Medios calientes
– Las imágenes en la era del calor, de Hito Steyerl, el nuevo libro de la
autora publicado por Caja Negra editora, reúne una serie de ensayos escritos
entre 2017 y 2024 que capturan un momento decisivo:
La irrupción de
la inteligencia artificial generativa, la expansión de la economía blockchain y
el creciente entrelazamiento entre arte, autonomización maquínica y catástrofe
ambiental.
“…Cuanto mayor
es la “autonomía” de las máquinas, más enredado y desordenado parece ser el
mundo, una atroz máquina de Rube Goldberg en la que casi todo tiene impacto en
todo lo demás. El tamaño de la deforestación impacta en algún gas de metano
correlacionado con alguna criptoinversión fraudulenta que aumenta la miseria en
algún otro lugar. El rápido despliegue de la IA generativa se produce en un
momento de transición hacia un frágil orden mundial multipolar, impulsado por el
autoritarismo de plataforma, en el que los tecnoevangelistas reclaman una
aceleración aún más veloz de la entropía. Cuanto más predecibles se vuelven las
cosas gracias a la “inteligencia artificial”, más se salen de control. Esto
tiene una explicación racinal: la cobertura del riesgo futuro crea problemas en
el presente. En otras palabras, cuanto más se intenta anticipar el futuro, más se
descontrola el presente…”.
La autora
explica así la máquina de Rube Goldberg: “es un aparato excesivamente
sofisticado que realiza una tarea muy simple de manera deliberadamente
indirecta, engorrosa y sin sentido, normalmente haciendo uso de una reacción en
cadena”.
En el capítulo
Medios calientes: La economía política de la entropía, Hito Steyerl analiza
como en la última década, “nubes de gas lacrimógeno viajaron por las ciudades
desde la Plaza Tahir hasta Hong Kong. Multitudes se dispersaron y quedaron
reducidas a individuos que jadeaban por una bocanada de aire. También se
propagaron imágenes y sonidos a través de plataformas en la nube y en las redes
sociales, lo cual desencadenó más protestas. Dondequiera que circularan,
parecían provocar más acción y a menudo generaban intensidad y contagio. Olas
de enardecida actividad se extendieron por los territorios y con frecuencia
dieron lugar a una nueva mezcla de imágenes contrapuestas de violencia y
opresión. Sin embargo, las imágenes de protesta tienen ahora una función
adicional: servir como material de entrenamiento para que los llamados
generadores de prompts de IA creen imágenes y videos. Repositorios como LAION.
5B se convierten en archivos incidentales de imágenes de protesta y forman
grandes bases de datos en las que se recopilan pares de texto/imagen que luego
entrenan “modelos generativos” como Stable Diffusion. Así, las imágenes de
protesta se vuelven materia prima para la generación de nuevas imágenes…”.
Más adelante,
Steyerl se enfoca en el libro Si ardemos, del corresponsal extranjero Vicent
Bevins donde analiza la década de las protestas masivas en Brasil, Turquía,
Hong Kong, Egipto, Siria y Túnez de 2010 en adelante y concluye que muchos de
estos escenarios derivaron en situaciones todavía más cargadas de
autoritarismo.
En muchos
lugares, sin embargo, sobrevino una reacción masiva, sino varias, como la
consolidación del régimen religioso- autoritario de Recep Talyvip Erdogan tras
las protestas de 2013 en el parque Gezi en Turquía y las posteriores campañas
contra los disidentes y la guerra abierta contra las minorías kurdas.
“…El rechazo de
los horizontalistas” al compromiso con la representación política tuvo una
consecuencia paradójica: se complementó con una gran presión por aumentar la
representación simbólica de los grupos marginados en los medios y la cultura. ..”
“…En la época
transcurrida desde la Primavera Árabe de 2010, esto condujo primero a la
creación de cámaras de eco y polarización en plataformas como Facebook y luego
a que comunidades cerradas más pequeñas, en espacios como Discord y Telegram,
creasen grupos de afinidad fragmentados y cada vez más insulares, que se refugiaran
en el llamado “bosque oscuro”. En la era de TikTok, esta atomización se ha
profundizado aún más, quizás hasta completar su ciclo. TikTok marca el inicio
de una versión actualizada de la televisión, el “medio frio” de McLuhan, con su
estilo de comunicación vertical y unidireccional y su modo aislante de dirigirse
al público. Fuera de la esfera mediática occidental, muchos otros monopolios
digitales crean sus propias áreas de influencia cerradas…”.
Las consecuencias de la generación de imágenes en distintos soportes, genera impacto en el clima y por extensión impacta en la seguridad alimentaria e hídrica, la probabilidad de epidemias, los patrones de migración, los conflictos, etc. concluye la autora cuando cita el caso de un cineasta de Sarajevo que perdió los negativos de su película durante el asedio llevado adelante por la Rpública Srpska y las fuerzas del JNA (Ejército Popular Yugoslavo). A los ladrones no les importaba el contenido del film, sino el valor material del negativo, ya que dos horas de película negativa en blanco y negro de 35 mm contienen alrededor de 141 gramos de plata. Al igual que un rollo de película, los datos tienen valor secundario.
En la época de
las criptomonedas, hasta el tiempo se puede desvanecer. Esto es analizado en el
capítulo 7, cuando en 2018, en Europa, millones de relojes digitales empezaron
a atrasar. Según algunos informes la minería de criptomonedas en Kosovo había
provocado que los relojes eléctricos se atrasaran debido a las fluctuaciones de
energía en la red compartida entre Kosovo y Serbia. En el proceso de minería,
el tiempo mismo se había desvanecido.
“…Tras la guerra
de 1998-1999, la administración de la región quedó provisionalmente en manos de
las Naciones Unidas. Desde entonces, Kosovo no ha sido ni una nación ni ninguna
otra cosa. Este estado de limbo tuvo curiosas consecuencias. Algunos habitantes
de los municipios del norte no pagan facturas de electricidad desde 2008. Y después
de que las criptomonedas empezaran a dispararse a principios de 2020, la
criptominería se convirtió en una actividad importante en estas zonas…”
“…La minería de Bitcoin
reflejaba la impotencia de las
instituciones políticas tradicionales en esta región. El recurso más importante
no era la electricidad, sino el propio conflicto político…”.
El libro
finaliza con lo que la autora llama el Vigésimoprimer mundo del arte: El
próximo mundo del arte proyecto que es una variación del Plan Lucas para el
mundo del arte. Desarrollado en los años sesenta por trabajadores del sector
armamentístico amenazados de despido, estos idearon un catálogo de productos
socialmente útiles que podían fabricar con sus conocimientos y recursos en
lugar de producir armas.
El proyecto terminó en 2020 porque fue cancelado en redes sociales.
Estos ensayos de Hito Steyerl aportan valiosas herramientas para comprender el mundo actual - o al menos intentarlo - y las nuevas tecnologías, la generación de imágenes y la inteligencia artificial y su impacto en el clima, y por extensión en la seguridad alimentaria e hídrica, la probabilidad de epidemias, los patrones de migración, los conflictos, etc.
Asimismo, Steyerl realiza un lúcido análisis de la política, pospolítica e hiperpolítica denominada así por el historiador de las ideas Anton Jäger, que caracteriza la agitada situación que se vivió en la década de protestas de 2010 en distintos lugares del mundo, como "una forma de politización sin consecuencias políticas claras" que derivaron en autoritarismos más exitosos que las mismas protestas.
Hito Steyerl
Artista y ensayista, se dedica desde hace años al campo de los medios de comunicación y al análisis de la circulación masiva de imágenes. Doctora en Filosofía por la Universidad de Viena y profesora de Arte y Nuevos Medios en la Universidad de Berlín, sus ensayos tanto escritos como audiovisuales se centran en temas como el feminismo, la violencia política y las tecnologías digitales, temáticas que aborda mediante el uso de la ironía y de la apropiación de materiales visuales y textuales ajenos. Como artista y documentalista, participó en bienales de distintas partes del mundo y su obra forma parte de las principales colecciones y museos de arte contemporáneo. En Caja Negra ha publicado Los condenados de la pantalla (2014) y Arte Duty Free (2018), ambos libros han sido comentados en la revista Archivos del Sur.