sábado, 15 de junio de 2013

Felicidad clandestina y otros relatos- Clarice Lispector



Felicidad clandestina y otros relatos
Clarice Lispector
Edición preparada, con traducción, estudio
introductorio y notas de Remy Gorga, filho
Libresa
(Quito, Ecuador , 2005)

(Buenos Aires)

Felicidad clandestina y otros relatos reúne varios cuentos de la escritora brasileña Clarice Lispector, con un estudio introductorio de Remy Gorga, filho, además de ejercicios con temas de trabajo para los estudiantes. "Escribir es la manera de quien tiene la palabra como una carnada: la palabra pescando lo que no es palabra. Cuando esa no palabra muerde la carnada, alguna cosa se escribe. Una vez que se pescó la entrelínea, se podría botar la palabra. Pero ahí lo que no se acaba  es la analogía: la no-palabra, al morder la carnada, la incorporó. Lo que salva entonces  es leer "distraídamente". Estas palabras de Clarice Lispector dan al lector un indicio de su escritura, porque ella, a través de esta búsqueda de significados, con los significantes como anzuelos, busca. Según palabras de la autora:" Escribir es procurar entender, es procurar reproducir, es sentir hasta el último fin el sentimiento que habría de permanecer solamente vago y sofocador. Escribir es también bendecir una vida que no ha sido bendecida. La literatura debe tener objetivos profundos y universales: debe hacer reflexionar y  preguntar sobre el sentido de la vida y, principalmente, debe interrogar sobre el destino del hombre en la vida...". El cuento Felicidad clandestina que da título al libro, está narrado en primera persona y cuenta la historia de una niña ávida de lecturas que tiene una amiga hija del dueño de una librería, quien promete prestarle un libro clásico de la literatura brasileña de Monteiro Lobato. Ante el deseo de la niña por el libro, la amiga ejerce "con calmada ferocidad, su sadismo", haciéndola ir una y otra vez a la casa para finalmente no prestarle el libro, diciéndole que no lo tiene en su casa. En esa posición de tener un objeto del deseo y negárselo a la amiga, la hija del dueño de la librería es descubierta finalmente por su madre, quien un día les pide explicaciones a las dos chicas. ¡Pero si ese libro nunca ha salido de casa y tú ni quisiste leerlo! dice la madre. El agudo análisis que realiza el narrador personaje en la voz de la protagonista,  de la personalidad de su amiga queda registrado en algunas frases, como por ejemplo: "... Y lo peor para esa mujer no  era el descubrimiento de lo que acontecía. Sino el  descubrimiento horrorizado de la hija que tenía. Ella nos espiaba en silencio: la potencia de perversidad de su hija hasta ese momento desconocida y la niña rubia de pie ante la puerta, exhausta, expuesta al vientode las calles de Recife...".  Finalmente, la madre le exige a la hija que le preste el libro a la ávida lectora por todo el  tiempo que ella quiera.  La felicidad que le otorga la lectura del libro, que demora en leer, es clandestina, según afirma el personaje, una clase de felicidad que siempre habría de ser clandestina: "...No  era más que una niña con un libro: era una mujer con su amante...". En este cuento se adivina la propia vida de Clarice Lispector, su pasion por el libro, el libro como amante. Otro de los cuentos del libro, La mujer más pequeña del mundo, parece un juego de  espejos entre la literatura y el periodismo. El cuento se inicia con la historia de un explorador francés, Marcel Petre, cazador y hombre de mundo, en las profundidades del África ecuatorial. Marcel Petre se encuentra con una tribu de pigmeos de una pequeñez sorprendente y se  entera, que existe  un pueblo de tamaño aún menor todavía y descubre en el Congo Central a los pigmeos más pequeños del mundo. Marcel Petre se encuentra entonces con una mujer  de cuarenta y cinco centímetros de altura , madura, negra, callada y además ella está embarazada.  Allí estaba la mujer más pequeña del mundo. El narrador de este cuento, en tercera persona, describe a la mujer como "la cosa humana más pequeña que existe" y la llama Pequeña Flor. La ternura, el sentimiento de una belleza casi indescriptible, embargan al explorador: "...Su corazón latió, porque esmeralda ninguna es tan rara. Ni las enseñanzas de los sabios de la India son tan raras. Ni el hombre más rico del mundo puso ya sus ojos sobre tan extraña gracia. Allí estaba una mujer que la golosina del más fino sueño jamás pudo imaginar. Fue entonces que el explorador, tímidamente, y con una delicadeza de sentimientos de la que su esposa jamás lo juzgaría capaz, dijo:

-Tú eres Pequeña Flor...".

Después de describir el encuentro de la mujer más pequeña del mundo y el explorador francés en  el Congo, el cuento se transforma en la recepción en diferentes casas, en una ciudad,  de la noticia de la mujer más  pequeña del mundo con una fotografía, publicada en el suplemento a colores de los diarios del domingo.
Así, cada persona que leía la noticia tenía una recepción y una opinión diferente. Hay un registro en cada lugar de las opiniones y sentimientos que suscita la extraordinaria noticia.  La narración se alterna con otra escena de la mujer pigmea embarazada y el explorador francés, nuevamente en el Congo. La risa de la mujer más pequeña del mundo, que no habla pero ríe, perturba al hombre: "...El explorador incómodo no consiguió clasificar esa risa, y ella continuó disfrutando de su propia risa apacible, ella que no estaba siendo devorada. No ser devorado es el sentimiento más perfecto. No ser devorado es el objetivo secreto de toda una vida. En tanto ella no estaba siendo comida, su risa bestial era tan delicada como es delicada la alegría. El explorador estaba perturbado...". El narrador describe entonces lo que ha suscitado en la mujer más pequeña del mundo el encuentro con el explorador:"...  amor es gustar del color raro de un hombre que no es negro, amor es reír del amor a un anillo que brilla. Pequeña Flor guiñaba sus ojos de amor y rió, cálida, pequeña, grávida, cálida...".  Marcel Petre se llama al orden y recupera la disciplina de trabajo, y recomienza  sus anotaciones. El cuento finaliza con la opinión de una vieja cerrando el diario y opinando acerca de la noticia. La preocupación de la autora por los prejuicios de la gente que van desde el tamaño de los seres que se pierden en las profundidades de una África apenas soñada o prejuicios que tienen lugar, en la "civilización".  Una gallina es la historia una gallina en una casa, un día de domingo. El narrador describe a este animal así"...Estúpida, tímida y libre. No victoriosa, como sería un gallo en fuga. ¿Qué había en sus vísceras para hacer de ella un ser? Una gallina es un ser: Es verdad que no se podía contar con ella para nada. Ni ella misma contaba consigo misma, como el gallo cree en su cresta. Su única ventaja era que había tantas gallinas que, al morir una, en el mismo instante, surgiría otra tan igual como si fuese la misma...".
A pesar de que la gallina se escapa, alguien de la familia la atrapa y la hace regresar a la casa. La gallina pone un huevo en uno de esos momentos. La niña de la casa adora esta gallina, quien se torna "la reina de la casa". En el ámbito doméstico en que habita esta tranquila familia, la gallina no podrá convertirse en una mascota porque sin embargo, sigue siendo una gallina que no podrá sobrevivir, ya que un día "la mataron, la comieron y pasaron los años". La gallina es uno de los temas recurrentes de la autora. En Lazos de familia, Clarice nos hace pensasr en las relaciones familiares, en cómo los lazos de familia cambian en la medida de los humores, las personas y del tiempo. Feliz cumpleaños es un cuento donde la autora exhibe el duro pero real tratamiento entre los personajes, familiares que son extraños entre sí. Misterio de São Cristóvão también trata acerca de las relaciones familiares - tema recurrente de la autora -.Relata una cena en una noche de mayo, de una familia que se halla en tiempos de abundancia. Cuando los siete comensales se retiran a sus habitaciones, un hecho inesperado puede alterar la aparente tranquilidad y armonía.Devaneo y embriaguez de una muchacha, es un relato ambientado en Portugal, donde se cuenta como reacciona una mujer, en un bar, delante de otra mujer con sombrero. En La Legión Extranjera, un pollito es el personaje y hace contrapunto con una mujer que cocina en  vísperas de Navidad. Una mujer que no teme decir que la bondad la intimida. Vía crucis, es una versión del nacimiento de un niño. Hasta hoy, según la autora, no se sabe si el niño "tuvo que recorrer el vía crucis. Todos lo recorren". Dónde estuviste anoche, está considerado por la autora como una historia donde el personaje andrógino busca sensaciones. Él me bebió es un relato que involucra a una mujer, a su maquillador y a un industrial de metalurgia. Parece apuntar a una conquista amorosa, pero la resolución de la historia va por un lado inesperado. Otra historia con el tema de gallinas es Una historia de tanto amor, donde la autora alcanza un momento de gran belleza y sensibilidad. La niña al cuidado de las gallinas las observaba a tal punto de "conocerles el alma y sus íntimas ansiedades". Clarice Lispector nunca dudó en afirmar que de tanto amor "se aplastase destruye, se corrompe" al ser amado.  En Mejor que arder, el tema es el de una mujer cansada de vivir entre mujeres, de las obligaciones del claustro, de mortificar su cuerpo, de fustigarse con el cilicio.Decide confesar toda su desesperación, para concluir que es mejor casarse que arder. Historia interrumpida, presenta el retrato de un hombre y su tendencia a la autodestrucción, y de una mujer, encantada de la vida, pero que admite "una cosa terrible": o yo lo destruyo o él me destruirá.


Clarice Lispector nació el 10 de diciembre de 1920 en la Ucrania del mundo soviético, en una aldea llamada Tchetchelnik. Era hija de padres emigrantes y llegó al Brasil a la edad de dos meses. Siempre se consideró brasileña, por sus años jóvenes en Recife (Pernambuco), sus años de mujer realizada en Río de Janeiro, ciudad a la que mucho amó, y su vida de esposa de diplomático, de la cual no guardó  alegrías, en sus andanzas por el mundo. Clarice pasó años difíciles con sus padres, su madre paralítica, y dos hermanas - Elisa Lispector y Tania Kaufmann - pero nunca tuvo conciencia de su pobreza. A los cuatro años su famlia se trasladó de Maceió (Alagoas) para Recife, donde vivió hasta los catorce años. Y de ahí para Río de Janeiro (1937), tiempos en que profundizó su amor por la literatura. Ingresó en la Facultad de Derecho en 1940. Descubrió la obra de Catherine Mansfield en una biblioteca. En la antigua capital federal trabajaba como profesora particular de portugués y matemáticas, y ya había empezado a escribir lo que sería su primera novela: Cerca del corazón salvaje. En 1940 perdió a su padre; en 1941 trabajó como redactora de la Agencia Nacional y trabaja con Lucio Cardoso, que la incentiva a escribir. En el diario A Noite escribe reportajes, entrevistas y publica algunos cuentos. En 1943 se casa con Maury Gurgel Valente, quien luego ingresa en la carrera diplomática. En 1946 publica su segunda novela, La araña, que inició en Brasil y finalizó en Nápoles. En 1948 vive en Suiza y nace su hijo Pedro. Divide sus tareas entre amamantar y redactar La ciudad sitiada, con una máquina portátil sobre la falda. Publica después, en 1961,  La manzana en la oscuridad, una de sus mejores obras de novelista. En 1952 publica su primera colección de cuentos y también una página en el diario Comicio, titulada Entre mujeres. En 1967 sufre un grave accidente, que le deja marcas en el cuerpo y en el alma: un incendio en su cuarto que ella intenta apagar con las manos. Debe ser hospitalizada con graves riesgos a su supervivencia. En 1968 trabaja para la revisa Manchete, entrevistando personalidades (Diálogos posibles). Participa en una manifestación multitudinaria contra la dictadura militar (22 de junio); en 1969, ve publicado Un  aprendizaje o el libro de los placeres y vuelve al cuento. En 1971 con Felicidad clandestina; en 1973, con Agua viva y La imitación de la rosa, y en 1974, con El vía crucis del cuerpo y Dónde estuviste anoche, que la autora quiso titular sin los signos de interrogación.En 1975, publica el libro de crónicas Visión del esplendor, y en 1977 anuncia, ya enferma, la publicación de La hora de la estrella. Muere el 9 de diciembre de 1977. 

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