Gauchos de Malvinas
Marcelo Beccaceci
South World, 2017
“Cuando miro al potro encabritado, con el gaucho tratando de
dominarlo, no sé dónde
Empieza el uno y termina el otro. De repente, están inmóviles. Lucha más de voluntades que de músculos, y luego
desenfrenado empuje hacia campo abierto, para volver el animal ya tranquilo, manchado de
sudor. Quizá porque me voy tan pronto, todo asume un colorido
distinto. Esta escena
pampeana tiene un significado épico que no alcanzo a
comprender. Sé que los cascos
que se hunden en la tierra blanda se marcan para siempre.
Sé que caballo y jinete son estampas fundidas en bronce que
trascienden el tiempo”
Del diario de María Sáez de Vernet, (1800-1858), casada con
Luis Vernet, quien había
decidido regresar con su familia a Buenos Aires.
Durante más de medio siglo, el ganado salvaje y los gauchos
rioplatenses dominaron el
agreste paisaje de las Islas Malvinas. Sin embargo, muy poco
ha trascendido sobre esta
fascinante época, en la que hombres y mujeres llegados de
Argentina y Uruguay dejaron
un legado imborrable, aun posible de hallar en los corrales
de piedra, la toponimia y el
lenguaje campero que subsisten en las islas. Esta obra
rescata las aventuras y los increíbles
acontecimientos que se desarrollaron en esos intensos años
de aguerridos paisanos y manadas
de vacunos y caballos salvajes.
Por primera vez se dan a conocer bellísimas ilustraciones
originales sobre la vida y costumbres
de los gauchos realizadas hace más de 150 años. Gauchos de
Malvinas constituye un hito en la
bibliografía sobre la historia de Malvinas, al aportar
documentación inédita de la presencia
argentina y uruguaya en las islas.
El 10 de junio de 1829, el gobernador Martín Rodríguez crea
por decreto la Comandancia Política
y Militar de las Islas Malvinas, con sede en la isla Soledad
y jurisdicción sobre las islas adyacentes
al cabo de Hornos en el océano Atlántico, y designa como
comandante a Luis Vernet. Una semana
más tarde La Gaceta Mercantil publicaba: “Una de las medidas más importantes del gobierno actual ha
sido la organización política y militar de las Islas Malvinas, y de los terrenos adyacentes al
estrecho de Magallanes. Aunque nuestra marina está en su infancia, podemos sacar gran provecho de las
Islas Malvinas. El territorio es muy fértil, su clima menos áspero de lo que corresponde a su latitud. Los
cuadrúpedos, que los españoles soltaron allí, se han multiplicado prodigiosamente, y se calcula que
no habrá menos de 40.000 cabezas de ganado, con un sinnúmero de caballos salvajes”.
“…Sin embargo, este optimismo agrícola-ganadero, contrastaba
con los graves problemas que ocasionaban los loberos y balleneros extranjeros que iban diezmando los
recursos naturales de las islas y del Atlántico Sur. A pesar de los pedidos de Vernet al gobierno de Buenos
Aires de contar con al menos un buque de Guerra y personal militar, estos pertrechos nunca llegaban…”.
Uno de los visitantes ilustres, Charles Darwin en las islas
Malvinas aprovechaba su estadía para salir de excursión con los gauchos argentinos Santiago López y Manuel
Coronel. Esta experiencia dejaría un recuerdo imborrable en el famoso naturalista, quien describe
a estos gauchos como hombres excelentes para sus propósitos y estaban acostumbrados a salvar
cualquier obstáculo con solo sus propios medios.
Con ilustraciones, pinturas y documentación, el libro presenta
también mapas como el de Luis Vernet
Confeccionado en 1827, el Censo de Extranjeros de 1867,
donde se mencionan los gauchos residentes en las áreas rurales y también a los aborígenes fueguinos
llevados a la isla Keppel por misioneros ingleses con el propósito de evangelizarlos.
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