La
belleza de mi infancia
Reinaldo
Edmundo Marchant
Subterranis
Editores, 187 páginas, Julio del año 2023.
Si hubiera una frase para definir la creación de este libro, habría que decir: está escrito con el lenguaje de los sentimientos. Los sentimientos alegres de un niño feliz que nació y creció rodeado de privaciones. Los sentimientos de tomar el sol y las flores con los ojos como alimentación para el alma, y así esquivar el abandono paterno, sin perpetuar el enojo, la animosidad, o el mínimo reclamo a la vida, “el amor de mi madre y la sublime naturaleza que rodearon mi lejana infancia, me convirtieron en un niño sin tristezas ni resentimiento” (página 21).
Conmueven
los numerosos episodios de La Belleza
de mi Infancia, inicio biográfico del
autor Reinaldo Edmundo Marchant, junto a su madre Rosa Marchant (de quien
adoptó su apellido), una valerosa mujer sin formación académica, campesina, que
lidió y peregrinó sola con cinco hijos,
siendo el autor el menor de ellos.
Conmueve
la historia de un niño claramente huérfano al nacer, cuyos juguetes y marionetas fueron “las aves, mariposas y el
viento que removía el follaje (página 79)”.
Según transcurren los episodios, sin navidad ni celebraciones, sin
juguetes ni árboles de pascua, el infante peregrina, medita en una piedra
esperando el regreso de su madre trabajadora, sueña y dialoga con los paisajes,
pintarrajea la indigencia y convierte a
las alimañas en copos sonrientes: “Yo
los miraba desde mi cuna de
plata. Los duendes son mofletudos porque comen sin empacho lo que pillan a mano. A menudo duermen sin
culpa también para soñar que están vivo en la secreta entraña del bosque. Ellos
no tienen ojos materiales (página 60)”.
En
su caminar, con el puño cerrado, se rebela ante la crudeza de la realidad, aunque nunca
apunta ni recrimina a nadie, por el
contrario, salpica un pensamiento: “Sentirse igual que un chico nacido en cuna
de oro, no tomar en cuenta ninguna
diferencia, ambos caídos en el
territorio de este mundo y que gane siempre el mejor. ¡Vaya inocencia la mía!”
(Página 26).
Si bien el
libro está narrado con heridas lacerantes, trasuntan imágenes encantadoras, poéticas, pensamientos
distantes de una sociedad que transita enajenada con aparatos virtuales.
Describe con fuerza y humor sucesos sorprendentes, como la divagación sobre el
padre biológico que nunca conoció: “Si viniera mi padre y se sentara a mi lado,
yo tomaría un lápiz y dibujaría sus rasgos, la forma de su rostro y el color de
su cabello, para no olvidar un detalle de su estampa… ¡Si viniera mi padre
mientras medito en esa bella infancia! (página 17)”.
Historias magníficas,
originales, punzadas por una mente en ebullición, que inunda de dulzura
la tragedia, llenando de tonalidades los
días grises, que acaso permite ver las cosas como quisiéramos: hermosas, puras,
naturales, alteradas diáfanamente hacia el cielo.
En
una antigua entrevista que preservo, le consultaron a este escritor cómo se
escribía una obra literaria, y expresó: Los libros son como la vida, no se escriben como uno quiere, sino se elaboran
como se puede… (Diario La Época, 1988). Parafraseando su frase, al leer este
emotivo libro, se podría decir que también los textos se escriben como se vivió y se sigue viviendo, ejemplo:
“Transitando por este mundo, me han dado a probar caviar y refinados vinos,
pero nada sabe mejor que esa agua
desprendida de un grifo de la calle, que en la niñez bañaba bajo un calor
reinante a la manera de un río y un
océano lleno de oleajes, nos hacía
saltar en gozo y abrazarnos victoriosos
de cara al sol, que nunca olvidaba a aquellos expatriados infantes” (Página 30).
La
Belleza de mi Infancia pudo llamarse
perfectamente: La pobreza de mi infancia, pero se ve que en este prolífico autor no laten ciertas palabras con vislumbre de lamentación
ni derrota, ni con la manida tentativa de
victimizarse para reclamar alguna dádiva del Estado.
En
estos cuentos resalta la hombría tan
ajena al odio, la dignidad de suspenderse frente al desamparo, y el derrame
constante de un amor que fecunda a un
talento singular.
(c) Miguel Ángel Bravo
Miguel Ángel Bravo es escritor y actor
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