sábado, 29 de julio de 2023

La belleza de mi infancia – Reinaldo Edmundo Marchant por Miguel Ángel Bravo

 

























La belleza de mi infancia

Reinaldo Edmundo Marchant

Subterranis Editores, 187 páginas, Julio del año 2023.

 (Santiago de Chile) Miguel Ángel Bravo

  Si hubiera una frase para definir la  creación de este libro, habría que decir: está escrito con el lenguaje de los sentimientos. Los sentimientos alegres de un niño feliz que nació y creció rodeado de privaciones. Los sentimientos de tomar el sol y las flores con los ojos como alimentación para el alma, y así esquivar el abandono paterno, sin perpetuar el enojo, la animosidad, o el mínimo reclamo a  la vida, “el amor de  mi madre y la sublime naturaleza que rodearon mi lejana infancia, me convirtieron en un niño sin tristezas ni resentimiento” (página 21).

Conmueven los numerosos  episodios de La Belleza de  mi Infancia, inicio biográfico del autor Reinaldo Edmundo Marchant, junto a su madre Rosa Marchant (de quien adoptó su apellido), una valerosa mujer sin formación académica, campesina, que lidió y  peregrinó sola con cinco hijos, siendo el autor el menor de  ellos.

Conmueve la historia de un niño claramente huérfano al nacer, cuyos juguetes y  marionetas fueron “las aves, mariposas y el viento que removía el follaje (página 79)”.  Según transcurren los episodios, sin navidad ni celebraciones, sin juguetes ni árboles de pascua, el infante peregrina, medita en una piedra esperando el regreso de su madre trabajadora, sueña y dialoga con los paisajes, pintarrajea la indigencia y convierte a  las alimañas en copos sonrientes: “Yo  los   miraba desde mi cuna de plata. Los duendes son mofletudos porque comen sin empacho  lo que pillan a mano. A menudo duermen sin culpa también para soñar que están vivo en la secreta entraña del bosque. Ellos no tienen ojos materiales (página 60)”.

En su caminar, con el puño cerrado, se rebela ante la  crudeza de la realidad, aunque nunca apunta  ni recrimina a nadie, por el contrario, salpica un pensamiento: “Sentirse igual que un chico nacido en cuna de oro, no tomar en   cuenta ninguna diferencia, ambos caídos en  el territorio de este mundo y que gane siempre el mejor. ¡Vaya inocencia la mía!” (Página 26).

Si  bien el  libro está narrado con heridas lacerantes, trasuntan imágenes  encantadoras, poéticas, pensamientos distantes de una sociedad que transita enajenada con aparatos virtuales. Describe con fuerza y humor sucesos sorprendentes, como la divagación sobre el padre biológico que nunca conoció: “Si viniera mi padre y se sentara a mi lado, yo tomaría un lápiz y dibujaría sus rasgos, la forma de su rostro y el color de su cabello, para no olvidar un detalle de su estampa… ¡Si viniera mi padre mientras medito en esa bella infancia! (página 17)”.

Historias   magníficas,  originales, punzadas por una mente en ebullición, que inunda de dulzura la tragedia, llenando de  tonalidades los días grises, que acaso permite ver las cosas como quisiéramos: hermosas, puras, naturales, alteradas diáfanamente hacia el cielo.

En una antigua entrevista que preservo, le consultaron a este escritor cómo se escribía una obra literaria, y expresó: Los libros son como la vida, no se  escriben como uno quiere, sino se elaboran como se puede… (Diario La Época, 1988). Parafraseando su frase, al leer este emotivo libro, se podría decir que también los textos se escriben como se  vivió y se sigue viviendo, ejemplo: “Transitando por este mundo, me han dado a probar caviar y refinados vinos, pero nada sabe mejor que  esa agua desprendida de un grifo de la calle, que en la niñez bañaba bajo un calor reinante a la manera de un río y  un océano lleno de   oleajes, nos hacía saltar en gozo y abrazarnos  victoriosos de  cara al sol, que  nunca olvidaba a   aquellos expatriados infantes” (Página 30).

La Belleza de  mi Infancia pudo llamarse perfectamente: La pobreza de mi infancia, pero se  ve que en este prolífico autor no laten  ciertas palabras con vislumbre de lamentación ni derrota, ni con la manida tentativa de   victimizarse para reclamar alguna dádiva del Estado.

En estos cuentos resalta la  hombría tan ajena al odio, la dignidad de suspenderse frente al desamparo, y el derrame constante de un amor que fecunda a un  talento singular.

(c) Miguel Ángel Bravo

Miguel Ángel Bravo es escritor y actor 

 Leer tres relatos del libro La belleza de mi infancia en el siguiente enlace:

https://archivosdelsurnarrativa.blogspot.com/2023/07/la-belleza-de-mi-infancia-relatos-por.html

 

 











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