miércoles, 24 de junio de 2009

Emilio, los chistes y la muerte - Fabio Morábito





Emilio, los chistes y la muerte
Fabio Morábito
Editorial Anagrama

(Buenos Aires) Araceli Otamendi

Dos personajes principales, Emilio, un niño de doce años y Eurídice, una mujer de más de cuarenta que trabaja como masajista se encuentran esporádicamente en un cementerio. Narrada en tercera persona, la primera novela de Morábito cuenta una historia de amor.
Emilio se ha mudado hace poco al barrio, no tiene amigos y sufre por la separación de sus padres. Va al cementerio, un lugar cercano a su casa con un “detector de chistes” y ahí aprende los nombres de los muertos. Emilio tiene un exceso de memoria que le permite recordar los nombres y busca su nombre entre los que ya murieron para poder liberarse de ese extraño juego mnemotécnico.
En ese lugar casi fantasmal no exento de belleza que es el cementerio conoce a Eurídice, una mujer que va a llevarle flores a su hijo muerto, quien tenía la misma edad de Emilio y al que ella considera como un “demonio”. Nada se sabe de las causas de la muerte del hijo de Eurídice.
Emilio se encuentra casualmente con Eurídice quien lo trata primero como a un niño; en otros encuentros en el cementerio Eurídice y Emilio vivirán una historia de amor y erotismo.
La madre de Emilio no está ajena a la historia que vive su hijo con Eurídice, la conocerá e incluso Eurídice le dará masajes.
También el padre de Emilio irá al cementerio y sentirá curiosidad por esa extraña mujer cuya presencia es notable en la vida y en los sentimientos del chico.
Otros personajes secundarios aparecen en la novela: el jardinero, un policía analfabeto, el hijo del policía, un albañil, un monaguillo. Todos ellos comparten esta trama, que sostiene la historia.
Eurídice, como el personaje mítico rescatado por Orfeo del mundo de los muertos, dice, en un determinado momento, cuando está con el policía: “Estoy muerta” y el hombre le contesta: “el que está muerto es tu hijo, no tú”. Eurídice reconoce su imposibilidad de ver a Emilio: “Veía a mi hijo cuando lo veía a él”. Y ahora tampoco veo a mi hijo, dice, “¡Nunca he visto a nadie”, agrega.
Pero Eurídice, ya había sido rescatada de ese mundo de muertos, mucho antes, tal vez sin haberse dado cuenta, por Emilio y por todo lo que despertó en ella.
Emilio, los chistes y la muerte es una excelente primera novela tanto por la forma en que está narrada, por la sutileza para describir situaciones y personajes, y para tratar un tema tan complejo como es el amor y la sexualidad humanas.

Fabio Morábito

Fabio Morábito (1955) reside en México y es autor de tres libros de poesía: Lotes baldíos, que ganó el premio Carlos Pellicer, De lunes todo el año, que ganó el Premio Aguascalientes, y Alguien de lava. Los tres fueron reunidos en el volumen La ola que regresa (Fondo de Cultura Económica). Ha escrito tres libros de cuentos: La lenta furia (Tusquets), La vida ordenada (Tusquets) y Grieta de fatiga (Tusquets), este último ganador del Premio de Narrativa Antonin Artaud, así como dos libros de prosas: Caja de herramientas (Fondo de Cultura Económica) y También Berlín se olvida (Tusquets). Ha publicado una breve novela para niños, Cuando las panteras no eran negras (Siruela), y es autor de un libro de ensayos, Los pastores sin ovejas (El Equilibrista). Ha traducido la poesía completa de Eugenio Montale (Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores) y el Aminta de Torquato Tasso (UNAM). Ha residido largas temporadas en el extranjero y varios de sus libros han sido traducidos al alemán, al inglés, al francés, al portugués y al italiano.



© Araceli Otamendi – Archivos del Sur
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