La música de Sandro
Cómo se hicieron sus canciones
Pablo S. Alonso
Gourmet musical
704 páginas
(Buenos Aires)
Con esta investigación de Pablo S. Alonso, haciendo
eje en la reconstrucción y análisis día por día de cada sesión de grabación en
estudios, este libro monumental nos permite asomarnos al proceso creativo de
Sandro, “el Elvis Presley argentino” o “Sandro de América”, el artista e ídolo
musical que supo conquistar a un gran público durante su larga carrera en el mundo
del espectáculo.
El libro La música de Sandro – Cómo se hicieron sus
canciones es fruto de años de investigación y detallada escucha, de búsqueda de
materiales de diferentes archivos, de una revisión exhaustiva de prensa,
televisión y radio argentina e internacional, y de más de sesenta entrevistas –
expresamente realizadas- con productores, arregladores, técnicos y músicos
protagonistas y testigos de las grabaciones y giras de Sandro, hace de este un
trabajo único y pionero en su especie.
Así, cuestiona también algunos mitos que se fueron
formando a lo largo del tiempo sobre el artista: “…En algunos casos – no en los
nombrados - la que parece la fuente más directa es la menos confiable: Sandro.
Ya sea por una tendencia a la automitificación, por una agenda propia o
sencillamente por mala memoria, no se puede tomar al pie de la letra todo lo
que Sandro ha dicho sobre sí mismo y su trabajo. Tampoco lo que otros han escrito
en paralelo al desarrollo de su carrera. Precisamente, la industria en la que
Sandro se movía estaba articulada a nivel de prensa por medios no exactamente
dedicados a escribir sobre música. Revistas que, como brazo impreso de la
maquinaria promocional, se dedicaban a inventar romances, declaraciones o – en esa
época no había otra forma de hacerlo por escrito - a pasar agenda de una serie
de actividades que, en muchos casos, jamás se terminaban realizando…”.
Para la elaboración del libro, dice Alonso, logró
tener acceso, gracias la periodista
Graciela Guiñazú, enlace principal con los herederos de Sandro ,cuando ya
estaba en fase de corrección, a la mayoría de los manuscritos del artista. No
sólo a los papeles de puño y letra de Sandro sino a todas las hojas tipeadas a máquina o
impresas desde computadoras en las que escribió letras de canciones y poemas,
incluyendo muchos inéditos.
Sandro, el personaje que inventó Roberto Sánchez y con
el que se consagró ante el público, en sus declaraciones siempre mostró cierta
ambigüedad con respecto a la figura de Elvis Presley, pese a lo que el
imaginario colectivo supone (alimentado por Sandro en varias puestas en escena
e impostaciones vocales a lo largo de su carrera, no era su favorito: “Elvis
fue el metro patrón de nosotros, pero el rock ya existía antes de Elvis, hay
que tener en cuenta eso. A mí me gustaban mucho más Ray Charles, Little
Richard; Jerry Lee Lewis me ponía más loco que Elvis” – dijo en una entrevista.
Además de una detallada nómina de canciones, el
libro recorre la carrera de Sandro, sus orígenes en Valentín Alsina, los
primeros espectáculos, su transformación en un ídolo de la música popular de la
Argentina y del público latino del mundo, su capacidad como cantante que
trascendía a la de sus contemporáneos nuevaoleros.
Este libro se concentra principalmente en el arco
comprendido entre 1963 y 1979: “junto con la irregularidad de la producción de Sandro
posterior a 1979 – tanto en lo que refiere a la frecuencia de sus discos como a
la calidad, alternando momentos altos con otros bajos – y una simple cuestión
de espacio”.
La investigación destaca el oficio del artista, que
tenía muchísima facilidad para escribir canciones, un comentario recurrente a
lo largo de los testimonios reunidos para el libro. Entre el material inédito,
se puede corroborar algo que Sandro no se cansaba de repetir: escribía mucho
material que no se correspondía con el producto que él había colocado en el
mercado.
Según el testimonio de López Ruiz, lo que mejor
hacía Sandro era el blues:
“…cantando y tocando, no te puedo explicar, incluso
tocando teclados con sus limitaciones técnicas, era un fenómeno…”.
Miguel Abuelo, citado en el libro de Pintos con un
buen recuerdo de Sandro: “Cuando lo conocí, Sandro me pareció muy simpático.
Era un tipo muy abierto y afectuoso y muy inteligente. Hoy tengo un buen
recuerdo de él y cada vez que puedo le tiro flores, porque es de esa camada de
gente anterior a mí que se salva. Es un tipo de grandes valores humanos”.
En cuentagotas, Sandro iba dejando salir algunas de
estas canciones, que inequívocamente estaban como lo mejor de los álbumes que
las contenían.
Sin dudas, muchas de las mejores letras, se quedaron
en el papel, dice el autor.
Pablo Sergio Alonso (Avellaneda, 1981) es licenciado
y profesor en Ciencias de la Comunicación (Universidad de Buenos Aires), músico
y periodista. Ha sido colaborador del suplemento Espectáculos del diario Clarín
y las revistas Los Inrockuptibles y Rec or Play. También ha publicado en Ñ y
Viva (Clarín), ADN (La Nación) y Pampa. Actualmente escribe en Otra Parte
Semanal. Su tesina de licenciatura estuvo dedicada a la obra de Frank Zappa.
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