Fahrenheit 451
Ray Bradbury
Adaptación autorizada Tim Hamilton
Con prólogo de Ray Bradbury
Ediciones de la Flor
(Buenos Aires)
El escritor norteamericano Ray Bradbury, autor de la novela Fahrenheit 451 cuenta en el prólogo de este libro editado por Ediciones de la Flor que cada personaje de Fahrenheit 451 tiene su momento de verdad:
“...Yo soy el protagonista, Montag, y una buena parte de mí es también Clarisse McClellan. Un costado mío más oscuro es el jefe de bomberos, Beatty, y mis capacidades filosóficas están encarnadas en el filósofo Faber…”.
También cuenta Bradbury cuál fue el origen de un cuento titulado El peatón.
“Una noche de 1950 salí a cenar con un amigo. Horas más tarde, caminábamos por el Boulevard Wilshire, cuando se detuvo un auto de la policía, y un oficial se bajó y nos preguntó qué estábamos haciendo.
“Estamos poniendo un pie delante del otro”, respondí, no muy servicialmente.
El policía continuó interrogándonos acerca de por qué estábamos caminando, como si por dar un paseo nocturno estuviéramos peligrosamente a punto de romper la ley. Irritado, regresé a casa y escribí un cuento titulado El peatón.
Varias semanas después, llevé a mi peatón a dar un paseo literario, en el que se encontró con una joven llamada Clarisse McClellan. Siete días después, había terminado el primer borrador de El bombero, que poco más tarde se convertiría en la novela Fahrenheit 451.
Algunos años después, al mirar hacia atrás, pensé que El peatón era la verdadera fuente de Fahrenheit 451, pero mi recuerdo era incorrecto. Ahora me doy cuenta de que en mi inconsciente estaban funcionando otras cuestiones. Es recién ahora, unos cincuenta años después de que el policía de Los Angeles desafiara mi derecho a ser peatón, que percibo las singulares ideas que dieron lugar a unos cuentos breves, y que en ese momento no había advertido.
Escribí un cuento acerca del exilio a Marte de los mayores autores de literatura fantástica de la historia, mientras en la Tierra se quemaban sus libros. Se convirtió en el relato Los desterrados.
Escribí otro cuento, Usher II, en el que mi héroe se queja de que a él, escritor de literatura fantástica, lo rechazan los intelectuales que están en la Tierra y que se burlan de los grotescos que surgen de los cuentos de Edgar Allan Poe y otros autores similares.
Y años antes de eso, publiqué otra novela, Columna de fuego, en la que un muerto sale de una tumba para reencarnar las extrañas vidas de Drácula y el monstruo de Frankestein.
Yo había olvidado todos estos relatos cuando escribí Fahrenheit 451. Pero todavía estaban allí, en alguna parte, filtrando en mi inconsciente.
Lo que tienen ante sus ojos ahora es un remozamiento de un libro que alguna vez fue una novela breve que fue alguna vez un cuento corto que fue en su momento una vuelta manzana, un resurgir de la tumba, y una caída final de la casa Usher…”.
Esta apasionante novela que es Fahrenheit 451 adaptada por Tim Hamilton y editada como novela gráfica por De la Flor narra la historia de un bombero, Montag, ocupado en quemar libros – ya que es delito tenerlos- . La sociedad en que vive Montag es similar a la de Un mundo feliz de Aldous Huxley: en las casas se transmiten imágenes como en una gigantesca televisión, nadie lee, nadie recuerda las lecturas, todos quieren vivir felices y no pensar. Sin embargo un día Montag se encuentra con Clarisse McClellan, una chica de diecisiete años que sí parece pensar y habla de cosas distintas a Montag. El contacto con Clarisse – se encuentra con Montag en la calle y conversan – transforma a Montag. A partir de allí nace el conflicto del bombero, quien busca al filósofo Faber para que le enseñe a leer y a pensar. Montag y Faber elaboran un plan pero Montag es descubierto y perseguido por su jefe, Beatty, y la persecución se extiende por toda la ciudad y logra escapar. Montag se encuentra luego a salvo y otros personajes, en apariencia vagabundos, lo reciben. Estos hombres han memorizado cada uno un libro para que, llegado el momento, el saber de ese libro pueda ser transmitido a otros: La República, de Platón, Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift, otros autores como Schopenhauer, Albert Einstein, Albert Schweitzer , Aristófanes, Mahatma Gandhi, Gautama Buda y Confucio, y otros han sido memorizados antes de quemar los libros – que ellos mismos han destruido por miedo a que los descubran -.
Fahrenheit 451 es una poderosa metáfora sobre la anulación del pensar por sí mismo implícita en el pensamiento único.
Jorge Luis Borges en su libro Introducción a la literatura norteamericana,
destaca a Ray Bradbury (1920, Walkegan, Illinois) como un renombrado autor de science-fiction y cuenta que a los doce años le regalaron una máquina de escribir. En 1935, mientras estaba en el colegio, siguió un curso sobre la técnica del relato. Desde entonces se habituó a escribir cada día mil o dos mil palabras…”.
También dijo Borges acerca de las obras de Bradbury: “…Los porvenires que anticipa nada tienen de utópicos; son más bien advertencias de peligros que la humanidad puede y debe eludir…”.
Los libros de Bradbury han sido traducidos a casi todos los idiomas.
bibliografía:
Jorge Luis Borges, Introducción a la literatura norteamericana, Editorial Emecé
bibliografía:
Jorge Luis Borges, Introducción a la literatura norteamericana, Editorial Emecé
Quedé impresionada por esa anticipación sobre libros quemados porque son peligrosos. También sobre lo que dijo Borges acerca de las obras de Bradbury: “…Los porvenires que anticipa nada tienen de utópicos; son más bien advertencias de peligros que la humanidad puede y debe eludir…”.
ResponderEliminarNo lo olvidemos
¡gracias! por tu comentario, Ada,
ResponderEliminarun abrazo,
Araceli