jueves, 2 de diciembre de 2010

El coraje de la verdad - Michel Foucault



El coraje de la verdad
El gobierno de sí y de los otros II . Curso en el Collège de France
Michel Foucault
Fondo de Cultura Económica

(Buenos Aires)

Michel Foucault, influido por Lacan, Bachelard, Blanchot, Dumézil, Barthes, amigo intelectual y político de Deleuze, Foucault pertenece a la generación de jóvenes franceses que con las armas de Marx, Freud, Nietzche y Heidegger, intentan “olvidar” a Hegel y elaborar ese olvido. Entre las influencias recibidas no hay que olvidar su contacto como alumno con Georges Canghilhem y Louis Althusser, y la impronta que dejaron en su pensamiento las lecciones, lecturas o encuentros con Beaufret, Jean Wahl, Merleau-Ponty, y Sartre. La obra de Foucault se estructura como pensamiento del presente, que si recurre al pasado, si hace historias es para entender la contemporaneidad.
En la Argentina, el pensamiento de Michel Foucault fue introducido por los filósofos Tomás Abraham y  Enrique Marí. En la Universidad fue Tomás Abraham quien lo introdujo cuando empezó a impartir los cursos.


Michel Foucault dictó clases en el Collège de France desde enero de 1971 hasta su muerte, en junio de 1984, con la excepción de 1977, cuando disfrutó de un año sabático. El nombre de su cátedra era “Historia de los sistemas de pensamiento”.
Esta cátedra fue creada el 30 de noviembre de 1969, según una propuesta de Jules Vuillemin, por la asamblea general de profesores del Collège de France, en reemplazo de la cátedra de “Historia del pensamiento filosófico” que hasta su muerte ocupó Jean Hyppolite. El 12 de abril de 1970, la misma asamblea eligió a Michel Foucault, que por entonces tenía 43 años, como titular de la nueva cátedra.
Michel Foucault abordaba su enseñanza como un investigador: exploraciones para un libro futuro, desciframiento, también, de campos de problematización, que solían formularse más bien como una invitación lanzada a eventuales investigadores. Por eso los cursos en el Collège de France no duplican los libros publicados. No son su esbozo, aunque haya temas comunes entre unos y otros. Tienen su propio estatus. Suponen un régimen discursivo específico en el conjunto de los actos filosóficos efectuados por Michel Foucault. En ellos, éste despliega muy en particular el programa de una genealogía de las relaciones saber/poder en función del cual, a partir de principios de la década de 1970, pensará su trabajo, en oposición al programa de una arqueología de las formaciones discursivas entonces predominante.

Con esta edición del Fondo de Cultura Económica, se publica una nueva zona de la “obra” de Michel Foucault.
En sentido propio, no se trata de inéditos, porque esta edición reproduce la palabra pronunciada públicamente por Foucault, con exclusión del soporte escrito que utilizaba y que podía ser muy elaborado. Daniel Deferí, que posee esas notas, permitió a los editores consultarlas.

En el Curso del Ciclo lectivo 1983-1984, Foucault aborda el tema de la parrhesía, del decir veraz. Antes hace una introducción al pensamiento y la cultura antigua, un análisis histórico de las prácticas del decir veraz en la cultura griega y romana. Por ejemplo el examen de conciencia prescrito entre los pitagóricos o los estoicos, del que Séneca dio ejemplos tan elaborados y que se vuelve a encontrar en Marco Aurelio.
También, dice Foucault, se puede hacer referencia a una serie de prácticas, como esas correspondencias, esos intercambios de epístolas morales, espirituales, cuyo ejemplo puede hallarse en Séneca, Plinio el Joven, Frontón y Marco Aurelio.
Foucault habla de las libretas de notas, esa especie de diarios que se aconsejaba a la gente que llevara sobre sí misma,  ya fuera para la recolección y la meditación sobre las experiencias vividas o las lecturas hechas, ya fuera para contarse uno mismo, al despertar, (sus) propios sueños.
La noción de parrhesía, dice Foucault, es una noción política. El parresiasta es el que dice todo, afirma Foucault. Hay dos valores en esta palabra, aclara el filósofo. El valor peyorativo se puede encontrar en Aristófanes y luego, de manera muy habitual en la literatura cristiana. Utilizada con valor peyorativo, dice el filósofo, la parrhesía consiste, sin duda en decirlo todo, en el sentido de decir cualquier cosa, (cualquier cosa que a uno se le ocurra, cualquier cosa que pueda ser útil a la causa que uno defiende, cualquier cosa que pueda valer para la pasión o el interés que anima a quien habla).  El parresiasta se torna en y aparece entonces como el charlatán impertinente, aquél que no sabe ajustar su discurso a un principio de racionalidad y un principio de verdad.

De este uso peyorativo de la parrhesía está el ejemplo del discurso de Isócrates denominado “Busiris”, donde se dice que no hay que decirlo todo acerca de los dioses. También en el libro VIII de la República aparece la descripción de la mala ciudad democrática, una ciudad heterogénea, dislocada, dispersa entre intereses diferentes, pasiones diferentes, individuos que no se entienden. Esta mala ciudad democrática practica la parrhesía: todo el mundo puede decir cualquier cosa.

Sin embargo, dice Foucault, la palabra parrhesía también se emplea como un valor positivo, y en este caso consiste en decir la verdad sin disimulación, ni reserva, ni cláusula de estilo, no ornamento retórico que pueda cifrarla o enmascararla. A la sazón, el “decirlo todo” es: decir la verdad sin ocultar ninguno de sus aspectos, sin esconderla con nada.

La parrhesía establece entre quien habla y lo que dice un lazo fuerte, necesario, constitutivo, pero abre bajo la forma del riesgo el vínculo entre el hablante y su interlocutor.
En Grecia, Sócrates es el parrhesiasta, aunque tiene también relación con la función profética y una relación con la sabiduría y con la relación técnica de la enseñanza. Sócrates encarna los cuatro modos del decir veraz.
En la actualidad – cuando Foucault dicta el seminario en el Còllege de France – la modalidad parresiástica ha desaparecido, dice el filósofo y no se la encuentra sino injertada y apoyada en una de las otras tres modalidades – la profecía, la sabiduría y la enseñanza -. Tal sería el caso del discurso revolucionario, cuando adopta la crítica de la sociedad existente y entonces cumple el papel del discurso parresiástico. Y el discurso filosófico, como análisis, reflexión sobre la finitud humana y crítica de todo lo que puede ser en el orden del saber o en el de la moral, desbordar los límites de esa finitud, representa en algún aspecto el papel de la  parrhesía. Del mismo modo, Foucault considera que el discurso científico cuando se despliega – y no puede no hacerlo en su desarrollo mismo – como crítica de los prejuicios, de los saberes existentes, de las instituciones dominantes, de las maneras de hacer actuales, tiene en verdad ese papel parresiástico. 

Este curso del Collège de France que Foucault dictó entre febrero y marzo de 1984, podría ser un testamento filósofico, ya que el tema de la muerte está muy presente en estas clases, sobre todo a través de una relectura de las últimas palabras de Sócrates, “Critón, debemos un gallo a Esculapio”, que el filósofo francés con Georges Dumézil, comprende como la expresión de una profunda gratitud a la filosofía, que cura la única enfermedad grave: la de las opiniones falsas y los prejuicios.


Michel Foucault (Poitiers, Francia, 1926 - París, Francia, 1984).
Realizó estudios de filosofía y psicología en la École Normale Supérieure de París. En 1961 obtuvo su doctorado con la tesis Folie et déraison: Histoire de la folie à l’âge classique. Desde 1970 y hasta su muerte formó parte del grupo académico del Collège de France con la cátedra Historia de los Sistemas de Pensamiento y dictó cursos de lectura y seminarios. Sus teorías acerca del saber, el poder y el sujeto rompieron con las concepciones vigentes de esos términos. Fue un intelectual interesado y comprometido con la época en la que vivió y una de las figuras más influyentes e importantes del ambiente cultural francés.
Entre sus obras más destacadas se cuentan El nacimiento de la clínica. Una arqueología de la mirada médica, Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas, La arqueología del saber, Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisióne Historia de la sexualidad.
Fondo de Cultura Económica ha publicado Historia de la locura en la época clásica(1967), Los anormales (2000), Defender la sociedad (2000), La hermenéutica del sujeto. Curso en el Collège de France (1981-1982) (2002), El poder psiquiátrico. Curso en el Collège de France (1973-1974) (2005), Seguridad, territorio, población. Curso en el Collège de France (1977-1978) (2006), Nacimiento de la biopolítica. Curso en el Collège de France (1978-1979) (2007), El gobierno de sí y de los otros. Curso en el Collège de France (1982-1983) (2009) y El coraje de la verdad. El gobierno de sí y de los otros II. Curso en el Collège de France (1983-1984) (2010).

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